En medio del escándalo por el robo a PDVSA, el fiscal venezolano William Tarek Saab hizo una alusión a la famosa novela colombiana: Las muñecas de la mafia. La recordó para contar cómo había mujeres en este entramado que al mejor estilo de esa novela, pero “al peor estilo de una red de prostitución, participaron en estos hechos legitimando capitales y lavando dinero”. Una de ellas, la única capturada, es Johana Torres, conocida como la ‘reina de las frutas’ por haber aparecido así en una enorme valla en Caracas para promocionar un restaurante.
Por Semana
En sus redes sociales, Torres no ocultaba los lujos y las excentricidades con las que vivía. La justicia la acusa de haber “conformando una estructura delictiva compuesta por una red de testaferros, lobistas, damas de compañía e intermediarios que le permitieron a la pareja obtener contratos otorgados a dedo por PDVSA”.
Torres nunca tapó que vivía en medio de lujos. En su cuenta de Instagram publicaba sus viajes por Dubái y su vida llena de yates, joyas y ropa de marca. El portal oficialista La Tabla asegura que tenía “mansiones en Venezuela y EE. UU., un avión Beech Aircraft, con matrícula YV2735 (que colocó a nombre de una tía) yates y una flota de camionetas y motos de alta cilindrada”.
En sus publicaciones, sin embargo, llama la atención una celebración en Dubái en la que comparte con la diseñadora colombiana Blanca Arroyo. Esas reuniones fueron publicadas por la misma exitosa diseñadora en Instagram.
En este video, ambas mujeres aparecen bailando la canción dinero de Jennifer López. Las dos hacen gestos para imitar el conteo de billetes, mientras la cámara enfoca fajos de dólares y euros, y lo que parecen ser lingotes de oro. Todas se ríen y siguen danzando en la terraza, mientras el aire de Dubái les mueve el cabello. “Yo quiero, yo quiero dinero”, suena en la canción de fondo.
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