Pasado un año de la invasión, cientos de civiles ucranianos están en cautividad en Rusia y apenas se les permite comunicarse con sus allegados, no hay información fiable sobre su estado y hay pocas opciones de que sean incluidos en intercambios de prisioneros de guerra.
Una carta y dos breves mensajes de audio que le transmitió la Cruz Roja es todo lo que Kateryna, esposa de Oleksiy Danchenko, ha sabido de él desde que fue secuestrado mientras ayudaba en la evacuación de civiles en la carretera desde Hostomel, acordada por ambas partes, en marzo de 2022.
“Le sacaron de la columna y los rusos se lo llevaron”, recuerda a EFE Kateryna, que destaca que Oleksiy, de 28 años, es un especialista del Servicio Estatal de Emergenciasa, es un civil y no llevaba armas.
Según la poca información que tiene, Oleksiy fue torturado en Bucha, donde estuvo detenido, y le dispararon en el hombro después de que a los interrogadores rusos “no les gustara” algo de lo que les dijo.
Al fracasar el intento ruso de conquistar la vecina Kiev se lo llevaron a través de Bielorrusia hasta la provincia de Bryans en Rusia, donde pasó medio año “en condiciones extremas y horribles”, bajo constante presión física y psicológica.
Luego le mandaron a Crimea, ocupada por Rusia, y su esposa dice que allí hablaron con él el otoño pasado representantes de la Cruz Roja.
Kateryna dice que Oleksiy y otros cuatro rescatadores del Servicio Estatal de Emergencia tendrían que haber sido devueltos a Ucrania sin condiciones, como otros civiles, según la Convención de Ginebra. Sin embargo, le han clasificado como prisionero de guerra.
“Nadie entiende por qué no le devuelven. Los rusos no tenían motivo para detenerle y lo saben. Pero nunca van a aceptar eso”, dice a EFE.
Kateryna no ha oído nada de su marido en los últimos cuatro meses. “No sé cómo está de salud ni cómo le tratan”, explica.
La única carta que recibió de él a través de la Cruz Roja no tenía la dirección del lugar en el que está detenido.
La fuente principal de información que ha conseguido sobre Oleksiy son los ucranianos que estuvieron con él antes de que fueran intercambiados en los canjes de prisioneros de guerra entre Ucrania y Rusia.
“Los prisioneros canjeados memorizan los números de teléfono de los familiares de quienes se quedan y se ponen en contacto con ellos para por lo menos dar una información básica”, cuenta.
Todos los meses Kateryna, que cría a una hija de año y medio, visita la capital para seguir preguntando sobre su marido y darle a las autoridades la información que consigue. Pero es Rusia la que controla el destino de su marido.
A pesar de la continuación de las hostilidades se producen canjes de prisioneros de manera regular entre los dos países, el último de ellos el pasado 7 de marzo. Casi exclusivamente se trata de soldados y solo un rescatador del Servicio Estatal de Emergencia, herido de gravedad, ha sido devuelto a Ucrania en más de un año.
Según el Centro de Coordinación para el Trato de Prisioneros de Guerra, durante las negociaciones de los intercambios los rusos “no respetan las normas del derecho internacional” y a menudo rechazan entregar a los heridos, a los gravemente enfermos, mujeres, niños, no combatientes y civiles, “todos los que tienen que ser repatriados sin condiciones”.
A finales de febrero 963 civiles ucranianos seguían estando prisioneros por parte de Rusia tras haber sido capturados durante la invasión. La cifra verdadera será probablemente mayor ya que solo se conocen pocos datos sobre la detención ilegal de ciudadanos ucranianos en los territorios ocupados por las tropas rusas.
El ganador del Nobel de la Paz de 2022, el Centro Ucraniano para las Libertades Civiles, estima que el número puede ser de unos dos mil. Según la ONG de derechos humanos CrimeaSOS cerca del 90 % de ellos no han sido acusados formalmente.
La semana pasada el Centro de Coordinación para el Trato de Prisioneros de Guerra hizo un llamamiento a la Comisaria de Derechos Humanas rusa Tatiana Moskalkova para que publique las listas completas de todos los ucranianos detenidos y alegó que Rusia ha estado ocultando esa información tanto a Ucrania como a las organizaciones internacionales.
EFE