El tribunal donde este martes debe comparecer Donald Trump amaneció rodeado de una enorme expectación, con cientos de medios de comunicación apostados en sus inmediaciones para tratar de captar alguna imagen del primer expresidente imputado en la historia del país.
Está previsto que Trump comparezca poco después de las 2 de la tarde (hora local) ante el juez Juan Manuel Merchan, quien le leerá los cargos, que suman un total de 33, según las informaciones que se han filtrado.
Pequeños grupos de manifestantes partidarios o adversarios de Trump también se encontraban en las inmediaciones, tras responder a sendos llamamientos de hacerse presentes en la plaza Collect Park, aledaña a los tribunales.
La Policía había separado a los dos grupos con un vallado que los mantenía a dos metros de distancia unos de otros, y a través del vallado se iban increpando -“Es el mejor presidente” o “¡Que lo encierren!”- pero todo ello en una atmósfera civilizada y sin el menor atisbo de agresividad o violencia.
Los pro Trump habían sido convocados por la congresista republicana Marjorie Taylor Greene desde hace varios días, y es difícil saber cuánta gente podrá acudir a la cita, pero en los días anteriores las concentraciones favorables al expresidente apenas han congregado a decenas de personas, ya fuera en Nueva York, Miami o Washington.
Los seguidores de Trump aparecieron vestidos con numerosos símbolos patrióticos o con disfraces de superhéroes, mientras que sus adversarios han traído cacerolas y utensilios de cocina con intención de silenciarlos mientras dure la concentración.
Ayer, el alcalde Eric Adams advirtió contra posibles excesos de los partidarios de Trump: “No toleraremos violencia ni vandalismo de ninguna clase”, dijo, y advirtió de que la Policía arrestará a quien así lo haga, “sin importarnos quien seas”.
Adams citó expresamente a la congresista Taylor Greene, conocida trumpista “por difundir la desinformación y los discursos de odio”, y le advirtió: “Mientras estés en la ciudad, compórtate de la mejor manera”.
En las horas previas a la comparecencia en el juzgado, Trump está aparentemente encerrado en el rascacielos que lleva su nombre -Torre Trump-, en plena Quinta Avenida neoyorquina, el corazón turístico de la ciudad donde él vivió su infancia y juventud.
Trump llegó a su feudo neoyorquino -que es a la vez un hotel de lujo y un centro comercial- en la tarde de ayer y desde entonces no se le ha visto fuera de allí.
La Policía no ha cortado el tráfico en la avenida, pero ha desplegado cientos de metros de vallado metálico para impedir el estacionamiento de cualquier vehículo en las inmediaciones, tomadas por periodistas de cientos de medios de todo el mundo que ya esta mañana estaban transmitiendo sus informes. EFE