Las colas para repostar en La Habana, la capital de Cuba, se prolongaron durante varias manzanas el miércoles, mientras ciudadanos frustrados esperaban durante horas, y en algunos casos días, para llenar sus depósitos, el último capítulo de una creciente crisis económica que sacude a la isla caribeña.
Por Nelson Acosta y Mariana Párraga | Reuters
El transporte público, los turistas y los taxistas se han visto afectados en los últimos meses por una escasez cada vez más aguda, que ha aumentado las tensiones en la ciudad más poblada del país.
“Llevo tres días esperando en esta cola por gasolina y todavía no sabemos si el camión (de combustible) llegará hoy”, dijo el taxista privado Alexander Pérez, de 43 años. “La situación en todo el país es crítica y las colas interminables, y no dan ninguna explicación”.
La razón de la escasez, una de las peores en meses, si no en el último año, sigue sin estar clara.
Un reportaje publicado el domingo en el diario estatal Granma que abordaba el tema ya no está disponible en el sitio web del periódico.
Una copia no oficial de ese informe, republicada en varios medios independientes y vista por Reuters, reconoce el problema de abastecimiento y describe un nuevo programa que prioriza temporalmente el transporte público.
El régimen cubano no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios sobre la escasez.
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