Todas las variables del país están afectadas. La Venezuela de la ficción que se empeñaron en mercadear se ha derrumbado estrepitosamente al chocar con la realidad. Se desvaneció el cuento de que “dejé de ser el que fui porque vengo con narrativa distinta”. Son deplorables los grupos de interés plegados al escenario de la ficción, por el interés de hacer dinero en detrimento de la mayoría.
El desfalco continuado acabó con la predicción del FMI que indicaba el fin de la depresión económica, con un crecimiento económico de 6% y una inflación de 150%. Reina la opacidad y la incertidumbre sobre las cifras, no hay presupuesto de ingresos y gastos desde hace años. La dura realidad que el régimen trata de ocultar se impone y se habla de un 2023 recesivo por la contracción de la demanda interna agregada: cae el consumo y la inversión. Volvió el horror de la hiperinflación por encima de 500%. Lo que si hay es muchachos comiendo azúcar para aplacar el hambre y niñas de de 14 años prostituyéndose por un pipote de agua en un país con recursos hídricos.
Registramos un avance en la Corte Penal Internacional, el Fiscal le ha dicho al régimen que no tiene voluntad de investigar los crímenes sistemáticos y generalizados contra la población civil, en los que intervinieron colectivos que tampoco están siendo investigados. Usted debe probar lo que dice y demostrar lo que alega, cosa que no hace. Priva la impunidad de la cadena de mando.
Debemos tomar conciencia y jamás acostumbrarnos a lo que no debemos acostumbrarnos. La emigración forzada es un escándalo mundial.
Ha salido dos veces la población de Venezuela que había a la muerte del tirano Juan Vicente Gómez. Ha sido lanzada al exterior el equivalente a la población de Venezuela cuando Perez Jiménez huyó en la “Vaca Sagrada”. Interpela a la conciencia las condiciones infrahumanas de los maestros de nuestros niños. No podemos acostumbrarnos a tener 300 presos por pensar diferente.
La vocación, misión y obligaciones de los venezolanos ante esta tragedia totalitaria es construir un país distinto y mover las conciencias a un ejercicio de libertad.
¡Libertad para Javier Tarazona y Emilio Negrín! ¡No más prisioneros políticos, torturados, asesinados ni exiliados!