“Vecinos de la calle 18 del centro de la ciudad llevamos 3 días sin agua potable, esperanzados con el agua de lluvia para cubrir las necesidades”, expresó uno de los afectados que vive en el centro de la ciudad de Mérida.
Jesús Quintero // Corresponsalía lapatilla.com
Está problemática es continua: suspenden el servicio dos o tres días seguidos. También en Semana Santa hubo un severo racionamiento del agua.
La situación parece que no tiene dolientes, mientras que cientos de familias deben buscar la manera de solucionar.
Al caer la tarde, colocan pipas y tobos en las afueras de sus casas para recoger el agua de lluvia que cae de las canales, a sabiendas que no es apta para el consumo humano, pero al menos sirve para asear baños y lavar algunos corotos.
“Cancelar altos montos por un servicio que no se disfruta con frecuencia en los hogares. Muchas veces el agua llega una o dos horas en la noche. Del resto, pasamos varios días sin el servicio”, dijo un comerciante que, por la naturaleza de los productos que expende en su local, requiere el lavado continuo de sus manos y el aseo de los enseres dentro de su establecimiento.