Manifestantes irrumpieron en la sede de la marca de moda de lujo Louis Vuitton en vísperas de una esperada sentencia sobre la controvertida reforma de las pensiones en Francia.
Por Infobae
Trabajadores ferroviarios en huelga invadieron el jueves la sede parisina de LVMH Moet Hennessy Louis Vuitton (LVMH), que también representa a marcas como Christian Dior, Fendi y Givenchy, según el medio Sky News.
Los manifestantes invadieron la sede de LVMH en el número 22 de la avenida Montaigne, en el distrito 8 de París, que también alberga una tienda de Louis Vuitton.
“Hemos venido a darle simbólica y pacíficamente al Gobierno la idea de sacar dinero de los bolsillos de los multimillonarios”, declaró al medio francés Le Monde Fabien Villedieu, militante de SUD-Rail, luego de que LVMH anunciara un fuerte crecimiento de su volumen de negocios.
El incidente se produjo en el marco de las protestas contra la reforma de las pensiones, que este jueves tuvieron otra jornada de enfrentamientos con la policía en una demostración final de ira antes de conocer un fallo sobre si la medida cumple con la Constitución.
Horas antes de que comenzara la manifestación en París, los manifestantes amontonaron bolsas de basura ante el Consejo Constitucional, que se esperaba decidiera el viernes si anular toda o parte de la legislación.
Las pilas de basura se retiraron más tarde, pero anunciaban el inicio de una nueva huelga de los servicios de basuras programada para comenzar con las marchas de protesta del jueves. Otra huelga el mes pasado dejó las calles de la capital francesa llenas de residuos malolientes.
“La movilización está lejos de terminar”, afirmó la líder del sindicato CGT, Sophie Binet, en un centro de incineración de basuras en el sur de París, donde cientos de manifestantes bloquearon el paso a los camiones de basuras. “Mientras no se retire esta reforma, la movilización continuará de una forma o de otra”.
Aunque la movilización llegó a contar el 7 de marzo con entre 1,28 millones de manifestantes, según la policía, y 3,5 millones, para el sindicato CGT, esta ha caído desde entonces y, este jueves, las autoridades esperaban entre 400.000 y 600.000.