Ciertamente, el consumo excesivo de sal está relacionado con la presión arterial alta, que de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) “es un trastorno por el cual los vasos sanguíneos tienen persistentemente una tensión elevada”. La hipertensión se encuentra relacionada con el aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares, renales y cerebrales.
Por Semana
Asimismo, la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos (MedlinePlus) explica que otros factores de riesgo de hipertensión es la frecuencia en la que una persona tiene ansiedad o estrés, fuma, o tiene un diagnóstico de diabetes.
No obstante, con el paso del tiempo, las probabilidades de desarrollar hipertensión aumentan. “Esto se debe a que los vasos sanguíneos se vuelven más rígidos con la edad. Cuando esto sucede, la presión arterial se eleva”, señala la enciclopedia médica.
Pero aunque la recomendación que hace la Organización Panamericana de la Salud (OPS) es una reducción de por lo menos 5 gramos de sal al día, esto no quiere decir que se elimine por completo de una dieta o plan de alimentación.
De acuerdo con MedlinePlus, el organismo necesita sodio para que pueda llevar a cabo sus funciones, incluso para controlar la presión arterial alta. “El cuerpo también necesita sodio para que los músculos y los nervios funcionen apropiadamente”, añade.
“Los riñones equilibran la cantidad de sodio en el cuerpo. Cuando el sodio es bajo, los riñones lo retienen. Cuando el sodio es alto, los riñones liberan una parte en la orina”, menciona la Clínica Mayo.
¿Qué le pasa al cuerpo si se deja de consumir sal?
Según lo asegura el portal médico Intramed, un estudio científico que menciona como coautor de investigación al profesor Andrew Mente, de la Universidad de McMaster, afirma que los niveles bajos de sal pueden ser dañinos para el corazón.
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