El supuesto “hallazgo valioso” de Pablo Escobar hecho por un tiktoker en Guatapé

El supuesto “hallazgo valioso” de Pablo Escobar hecho por un tiktoker en Guatapé

Los jóvenes visitaron la finca La Manuela, ubicada en Guatapé. FOTO: Archivo EL TIEMPO / TikTok: @jeicalderon17

 

Apocos meses de cumplirse 30 años de la muerte de Pablo Escobar, su recuerdo sigue estando más vivo que nunca. El narcotraficante, criminal y terrorista colombiano, que sembró el terror en Colombia y en otras partes del mundo entre los años 80 y 90, falleció el 2 de diciembre de 1993, pero su figura sigue saliendo a la luz y dando de qué hablar.

Por eltiempo.com





En esta oportunidad, de la mano de unos usuarios de TikTok que, haciendo un recorrido por la localidad turística de Guatapé, se toparon con una de las fincas de recreo del difunto líder del Cartel de Medellín: La Manuela, ubicada a las orillas del embalse El Peñol, en la capital antioqueña.

En una serie de dos videos compartidos por el usuario @jeicalderon17, se logra observar a un grupo de jóvenes llegando a la finca en lancha. Segundos después, se encuentran con lo que, para ellos, es un objeto valioso incrustado en una piedra a la orilla de la propiedad del capo fallecido.

En un segundo metraje publicado por la misma cuenta, los sujetos aparecen enjuagando una especie de vasija. Tras verter una gran cantidad de agua en el recipiente hallan, supuestamente, un anillo que parece ser de oro y unas monedas antiguas.

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“Nos enguacamos, pa, nos enguacamos”, dice eufóricamente uno de los individuos, al tiempo que lava la pieza de joyería en el agua que, para ese momento, está teñida de color dorado. “Esto debe ser de los años de Pablo Escobar”, añade segundos después.

Aunque esta visita a La Manuela es una de las más recientes que se ha reportado en redes, no es la única. En redes sociales, especialmente, se ha vuelto costumbre que los internautas compartan clips de sus experiencias recorriendo la que era una de las fincas favoritas del narcotraficante, nombrada en honor a su hija.

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A mediados de 2022, por ejemplo, una tiktoker colombiana se hizo viral al recorrer tanto por dentro como por fuera, la propiedad, en este momento abandonada, del criminal.

“Dicen que en la piscina se encuentra la última caleta de Pablo Escobar. Esto realmente no se sabe si es cierto, ya que es el único lugar de la mansión que no se ha revisado”, dijo en su momento y señaló que en el lugar se podían observar agujeros en las paredes, como resultado de visitantes que han intentado encontrar dinero camuflado.

Pablo Escobar, en la mira de los saqueadores

La finca La Manuela fue construida en la década de 1980 por Pablo Escobar. Con más de ocho hectáreas, un gigantesco embalse a su alrededor y firmes muros levantados con el doble del grosor habitual, se convirtió en una de las propiedades preferidas del narcotraficante, después de la Hacienda Nápoles.

Tras la muerte del exlíder del Cartel de Medellín, la propiedad se transformó en el sitio predilecto para decenas de saqueadores que, abriendo huecos, rompiendo paredes y excavando, pretendían encontrar pasadizos secretos, cajas fuertes y caletas escondidas. Aún hoy hay quienes la recorren con la esperanza de encontrar objetos de valor dentro.

La Manuela, la finca de Pablo Escobar. Foto: Guillermo Ossa / EL TIEMPO

 

El predio tiene sentencia de extinción de dominio desde 2005. Sin embargo, hubo un mayordomo que intentó salirle al paso al Estado y quedarse con la propiedad: se trata de William Duque, quien llegó en el año 1991 y permaneció durante más de dos décadas en la finca, luego de que Escobar muriera y su viuda, Victoria Eugenia Henao, le pidiera quedarse allí.

Sin serlo, Duque comenzó a comportarse como el dueño de La Manuela. “Instaló carteles con anuncios de ‘propiedad privada’ y cercas de alambre de púas. Aunque dejó intacta la casa principal (ahora en ruinas), mejoró la vivienda del servicio, convirtió las caballerizas en habitaciones, cuidó de las especies arbóreas, y realizó el mantenimiento al alumbrado y los senderos”, detalló en su momento la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia.

Pese a sus intentos de quedarse en la finca y de seguir explotándola con el narcoturismo, fue desalojado el 11 de abril de 2019 en un procedimiento de la Sociedad de Activos Especiales (SAE).

La Manuela fue construida en la década de 1980. Foto: Guillermo Ossa / EL TIEMPO

 

Actualmente, La Manuela se encuentra abandonada, por lo que es el centro de atención de turistas, ciudadanos e influenciadores, quienes la visitan y alimentan, de alguna manera, la fascinación, curiosidad y morbo que, incluso después de su muerte, rodea a los temas relacionados con el narcotraficante Pablo Escobar.

Pablo Escobar, una figura más viva que nunca

Según las versiones oficiales, Escobar cayó abaleado en un tejado de los bajos fondos de Medellín en el año 1993, luego de una intensa búsqueda por parte de las autoridades. Tres balas impactaron en su cabeza, dos en la pierna derecha, una en el muslo izquierdo y otra arriba de la cadera cuando intentaba huir.

El exjefe del Cartel de Medellín falleció, sus propiedades quedaron a la deriva y su familia tuvo que emprender un arduo camino para rehacer su vida. Un capítulo se cerró, de alguna u otra manera, en la historia de Colombia y el mundo. Lo único que no murió aquel 2 de diciembre fue su figura, que sigue siendo representada en series, números de lotería y recorridos turísticos.

Las llamadas ‘narcoseries’, por ejemplo, han suscitado un amplio debate en la esfera pública. Entre otras cosas, porque son señaladas de desensibilizar a la audiencia en torno a lo que la violencia se refiere y de alentar la cultura de la veneración y el respeto a las figuras asociadas al tráfico de drogas, como es el caso de Pablo Escobar.

Juan Pablo Escobar Henao, hijo del capo fallecido, arremetió hace algunos años contra este tipo de producciones -y también contra las creaciones literarias- al afirmar que “robaban los sueños de los jóvenes” y los incitaba a la violencia.

“Los libros (sobre el tráfico de drogas) han tenido un éxito inusitado, pero, tristemente, gracias al mensaje equivocado glorificador de la violencia de mi padre. Se ha vendido una historia que no es real y se ha incitado, proponiéndoselo o no, a que miles de jóvenes alrededor del planeta quieran ser Pablo Escobar”, señaló el hombre en el marco de la Feria Internacional del Libro 2017.

A la lista de actividades que mantienen viva la figura del difunto narcotraficante se suman los ‘narcotours’, que se han convertido en un dolor de cabeza para los ciudadanos antioqueños. Estos itinerarios turísticos incluyen la visita a residencias, propiedades y hasta a la tumba de Escobar.

Con la pluralización de leyendas urbanas que apuntan a que en La Manuela hay pasadizos secretos, dinero y tesoros escondidos, la finca de recreo se convirtió, por años, uno de los puntos obligados de los controversiales ‘narcotours’, principalmente concurridos por personas extranjeras.

Pese a todos los crímenes cometidos por Escobar, el también terrorista y político es una figura de culto para muchas personas. Esto se debe, según Manuel Garcés, director de Epic Tours en el año 2020, a la historia que se ha vendido desde la ficción y que representa al criminal como el típico ‘héroe’ que lucha solo contra el Estado, lo pone tras las cuerdas y les ayuda a los pobres.

Las cifras del horror de Pablo Escobar

Según datos recolectados por EL TIEMPO para el especial ‘Nunca más Pablo Escobar’, al capo colombiano se le atribuyen 5.500 muertes entre 1989 y 1993. De esa cifra, alrededor de 730 son policías, un sector abiertamente perseguido por el narcotraficante: para finales de 1980, pagaba 2.500.000 mil pesos por cada agente asesinado.

En su sanguinaria guerra contra el Estado, llevó a cabo 627 ataques terroristas. 185 bombas fueron explotadas entre 1989 y 1990, y 18 más lo hicieron entre marzo y julio de 1990.

Uno de los atentados más recordados es, quizás, el del vuelo 203 de Avianca. Al menos 111 personas murieron, en un desesperado intento de Escobar por evitar la extradición. Su objetivo era acabar con la vida de César Gaviria Trujillo, quien él creía iba a bordo de la aeronave.

“En su estrategia combinaba acciones de asesinato selectivo de policías, terrorismo contra inocentes, como carros bomba en vías públicas o centros comerciales, y magnicidios de líderes políticos que le hicieran frente”, detalla Julián Ríos Monroy en el especial ‘Avión de Avianca, la verdad que aún no aparece’.

Con el objetivo de asesinar al entonces director del Departamento Administrativo de Seguridad DAS, el criminal colombiano estalló 500 kilos de dinamita enfrente del edificio, el 6 de diciembre de 1989. Aunque Miguel Daza Márquez resultó ileso, su atentado dejó un cráter de 13 metros de diámetro, 70 muertos y más de 700 heridos.

Una estrategia similar había usado el capo antes, cuando detonó un camión con explosivos en la sede del periódico El Espectador en la madrugada del 2 de septiembre de 1989. En aquella oportunidad, el saldo de heridos fue de más de 70 y también hubo un muerto.

Entre los crímenes cometidos por el narcotraficante está el secuestro de 15 personas de connotación nacional. Diego Montoya Vélez, secretario general de la presidencia; Diana Turbay de Uribe, hija de Julio César Turbay; Francisco Santos Calderón, jefe de redacción de EL TIEMPO, y Andrés Pastrana Arango fueron solo algunas de las víctimas.

Por su estructurada red de tráfico de drogas, Pablo Escobar se convirtió en una de las personas más poderosas del país, tanto así que figuraba entre los diez más ricos del mundo, con una fortuna de alrededor de 7 mil millones de dólares para la época.