El Sevilla goleó por 3-0 a un ‘gigante’ como el Manchester United, con un doblete del marroquí Youssef En-Nesyri y un tanto del francés Loïc Badé, recuperó su magia en la Liga Europa, su torneo fetiche y del que es el ‘rey’, con seis títulos; y pasó con brillantez a las semifinales en un partido redondo y en el que fue muy superior a un conjunto inglés atascado y ampliamente superado.
Con un tremendo derroche físico, de presión arriba y de tener el control con una buena defensa y mucha efectividad en ataque, los sevillistas no dieron opción alguna a un United sobrepasado y sin rumbo, que quizás comenzó a perder este cruce de cuartos con el 2-2 de la ida, después de que se hubiera puesto con 2-0, pero que en otra noche grande en Nervión no pudo parar a un Sevilla lanzado y que resolvió con los goles de En-Nesyri (m.8 y m.81) y Badé (m.47).
En un duelo decisivo entre dos campeones de la Copa de la UEFA/Liga Europa. Los españoles, con seis títulos, el último en Colonia en 2020 tras eliminar precisamente al United en semifinales; y los Diablos Rojos, un club histórico y ampliamente laureado, con el ganado en 2017 en Estocolmo; por lo que ambos conjuntos salieron con todo a un Sánchez-Pizjuán abarrotado, con el sevillismo tremendamente ilusionado tras una temporada aciaga y unos 2.500 ingleses en la grada.
Sin el mexicano Tecatito Corona ni el senegalés Pape Gueye, no inscritos en Europa; ni el argentino Montiel por sanción y Jordán por lesión, y salvando esas bajas, el técnico sevillista, José Luis Mendilibar, sacó a su once de gala con el marroquí Bono de nuevo en la portería, En-Nesyri en punta o los argentinos Ocampos y Lamela como extremos.
El United llegó a la ‘caldera’ del estadio de Nervión con bajas muy notables (los centrales Lisandro Martínez y Varane o el escocés McTomina, por lesión; y el medio luso Bruno Fernandes, por sanción) y varios ‘tocados’ que se quedaron en el banquillo: Shaw y Malacia y, sobre todo, su goleador Marcus Rashford, recién recuperado de una dolencia muscular.
El choque comenzó igualado, intenso, pero con el equipo inglés más suelto y queriendo pisar terrenos peligrosos, sobre todo con la movilidad del austriaco Sabitzer -bigoleador en el 2-2 de la ida- para buscar al tridente formado por Antony, Martial y Sancho, si bien los hispalenses, muy concentrados, presionaron bien y frenaron los tibios intentos visitantes.
El Sevilla halló muy pronto el premio a su compromiso, a su lucha denodada para ganar los duelos individuales y no dar facilidades a un conjunto de fuerza y calidad como el dirigido por el neerlandés Erik ten Hag, al aprovechar a los 8 minutos En-Nesyri un robo al borde del área de Lamela tras un fallo garrafal de Maguire, que no controló un balón envenenado que le envió De Gea, para batirle por bajo.
El 1-0 le dio más confianza y brío a un conjunto español muy sólido, que nunca perdió ni el sitio ni el equilibrio pese a que el Manchester United tuvo que apretar arriba. No le quedaba más remedio, pero le faltó profundidad y más talento para superar a la zaga de un cuadro local que se defendió manteniendo su buena presión y tratando de tener el balón.
Su primer tiro a puerta, flojo y centrado tras una acción de Jadon Sancho, lo firmó en el ecuador del primer tiempo el lateral derecho Aaron Wan-Bissaka, pero no supuso ningún problema para Bono, que, salvo un cabezazo alto de Casimiro a centro de Antony, apenas tuvo trabajo en una buena primera mitad del Sevilla ante un United atascado.
El equipo español pudo ampliar su renta, pero Ocampos, muy incisivo, como Lamela, en la presión y la salida del balón, para desahogar a los suyos, no llegó a una dejada de cabeza de En-Nesyri que despejó De Gea y luego, a 5 minutos del descanso, el propio Ocampos marcó con la derecha a centro de su compatriota Marcos Acuña, pero, a instancias del VAR, el gol fue anulado por fuera de juego del lateral zurdo argentino.
Antes, el central brasileño Marcao se retiró lesionado y llorando a la media hora del partido y fue relevado por Suso, con lo que Rakitic bajó a la media. En la reanudación fue Ten Hag el que movió el árbol. No le quedaba otra y dio entrada a su máximo artillero Rashford (28 goles en lo que va de campaña, 6 en Europa) y al lateral zurdo Shaw, otro de los ‘tocados’.
Sin embargo, fue el Sevilla el que dio un golpe encima de la mesa que removió los cimientos de un bloque tan solvente como el del United. Incansable física y mentalmente y superior a su rival, logró el 2-0 a los 47 minutos con un cabezazo del central Badé en un córner magistralmente botado por Rakitic, que dio en el larguero y botó dentro de la meta inglesa.
Apretó, además, al ver la ‘pájara’ de un Manchester United perdido, desconocido y sin rumbo, totalmente superado, pero un remate de Rakitic lo desvió, providencial, De Gea, quien de nuevo tuvo que intervenir para despejar un cabezazo de En-Nesyri y, en un barullo posterior en el área, fue el luso Dalot el que salvó el gol tras remachar el balón Ocampos.
Pero el cuadro inglés no se rindió y apretó para meterse en el partido. Rashford, muy intermitente al no estar aún a tope, no aprovechó un balón en el área al impedirlo un Jesús Navas descomunal y luego Casemiro se topó con Bono y Eriksen mandó fuera una falta peligrosa.
Para colmo de males para el United, el Sevilla no bajó el pistón y redondeó su magnífico partido con el 3-0, obra de En-Nesyri en el 81 tras un fallo estrepitoso de De Gea en su salida al ir a despejar. Al final, fiesta en Nervión del hexacampeón de la Copa de la UEFA/Liga Europa y sigue la magia de los sevillistas en su competición fetiche. EFE