El hambre que padecen los Venezolanos en sus hogares, con el cuadro desgarrador de ver morir a sus seres queridos por la inacción.
La soledad que se anida en los pensamientos de padres al ver partir a sus hijos hacia otros países, expulsados de manera intencional y muy bien planificada por un régimen despiadado.
Por la mirada perdida de los jóvenes deambulando por calles desiertas de esperanzas, con pensamientos agolpados en sueños que se tornan irrealizables ante el sinnúmero de adversidades.
El trapo negro cubriendo las almas de madres, a quienes les arrebatan sus hijos a diario, por una delincuencia creciente y con signos de violencia desmedida hacia toda la población sin miramiento alguno.
Por las muertes de niños recién nacidos en hospitales carentes de todo material y medicamentos. Ante la mirada impotente y angustiada de médicos y enfermeras sin poder hacer nada. Cubiertos de temor por hacer público el incremento de casos, que a diario se experimenta en todas las regiones.
Por las familias de los asesinados simplemente por disentir y por las familias que padecen la persecución, encarcelamientos de sus miembros sometidos a intensas torturas y a tratos crueles e Inhumanos. Con la finalidad de callar voces disidentes y sembrar el terror entre los ciudadanos.
Por escuelas y universidades cerradas a la investigación, docencia y extensión. Donde solo se paga una nómina de personas, quienes engrosan las listas del holocausto Venezolano, al recibir como salario una miserable cantimplora de amarguras que de nada sirve para la compra del alimento.
Los niños desnutridos, langidecidos de ilusiones en los brazos mortuorios de madres angustiadas, por tener la seguridad de no contar con el alimento para superar ese cuadro de muerte del ser querido.
Las reiteradas conversaciones entre los miembros del hogar, haciendo maromas en los pensamientos para analizar, cómo entre todos pueden reunir para comprar una harina de maíz y elaborar una arepa que mitigue el hambre. Lo cual ocurre en muchos hogares. Surgiendo la desnutrición y muerte.
Por los pensionados y jubilados, quienes habiendo cotizado puntual las cantidades establecidas en la Ley, reciben en contraprestación, una ilusión de angustias traducidas en malas noticias al llevarle a la disyuntiva de comprar 5 pastillas para la tensión o dos kilos de arroz para un mes de alimentación……
Pedir perdón es una acción para encontrar paz y no una estrategia de dominación, como pretende la tirania criminal utilizarla.
Ellos están obligados a pedir perdón por tanta maldad y los años de sufrimiento infringidos a los Venezolanos.
De lo que estoy seguro es que en Venezuela habrá justicia más temprano que tarde y en consecuencia recuperaremos la Democracia, la libertad y asi todos juntos ayudemos a reconstuir nuestra amada Venezuela.