A Josep Borrell le asombra descubrir que a esa taza de café que sostiene entre las manos se le llama en Colombia tinto, como en España se conoce al vino. El alto representante para Política Exterior de la Unión Europea (UE) llegó a Bogotá para participar en la cumbre de diplomáticos de países extranjeros que ha organizado Gustavo Petro sobre la crisis venezolana, un encuentro que concluyó con tres puntos que no suenan nada novedosos.
En una entrevista con Juan Diego Quesada para EL PAÍS, Borrell comentó sobre los resultados de la cumbre que “poner de acuerdo a 20 países, entre los que están Bolivia y Estados Unidos, los europeos y los caribeños, es muy difícil. La conferencia ha tenido un valor y es que el tema de Venezuela se trate desde la región”.
El diplomático insistió en que “hay una ventana de oportunidad para conseguir que Venezuela retome el camino de unas elecciones que se puedan considerar libres, inclusivas y de acuerdo con los estándares democráticos. Esa oportunidad la vamos a tener de aquí al otoño”.
Respecto al diálogo, Borrell también señaló que “si las elecciones son el año que viene, desde la misión de observación hemos pedido que el sistema electoral venezolano pase por una serie de reformas, hemos señalado 21 puntos, en negociaciones entre la oposición y el Gobierno que están, parece ser, a punto de culminar”.
En cuanto a una probable fecha para las elecciones presidenciales, el diplomático europeo aseguró que serán “el año que viene”, aunque “va siendo hora de que fijemos un calendario de acción”.
Sobre la posibilidad de que los comicios sean realmente competitivos, Borrell opinó que “lo que está claro es que Maduro no puede escoger su oposición. No puede decir: ‘este se puede presentar y este no’. Tiene que haber inclusividad”.
El alto representante de la UE garantizó que “estamos trabajando para eso. Tiene que ser un acuerdo entre venezolanos y nosotros apoyarles políticamente. Y estar dispuesto a revisar nuestras sanciones”.