Rusia sugirió este jueves en la ONU que puede vetar a partir de julio la continuidad del mecanismo transfronterizo que permite el suministro de ayuda humanitaria a los últimos bastiones rebeldes del noroeste de Siria y del que dependen unos 4 millones de personas.
Moscú, gran aliado de Damasco y muy crítico con este sistema, ya forzó el pasado enero a que el programa se extendiese solo por seis meses, frente a la postura de una mayoría del Consejo de Seguridad que abogaba por un plazo mayor.
El embajador ruso ante Naciones Unidas, Vasili Nebenzia, denunció hoy que grupos terroristas han estado “desmantelando” convoyes humanitarios que entran desde Turquía a la provincia siria de Idlib y que, mientras tanto, siguen sin apreciarse avances en la entrega de ayuda humanitaria desde el interior de Siria, que es la vía preferida por Damasco.
“Vamos a sacar las conclusiones apropiadas de la situación de cara a preparar nuestra postura en la próxima extensión del mecanismo transfronterizo en julio”, dijo Nebenzia, que dijo ese sistema “perdió hace mucho cualquier potencial para ayudar” y mejorar la situación humanitaria.
En el pasado, Moscú ya ha amenazado repetidamente con vetar la continuidad de este mecanismo, aunque finalmente lo que ha hecho ha sido usar ese poder para ir recortándolo progresivamente.
Según Naciones Unidas, la ayuda transfronteriza es vital para los millones de personas que viven en Idlib y las entregas desde el interior del país no pueden por ahora sustituirla, por lo que ha pedido insistentemente proteger este mecanismo y ampliarlo.
EFE