El economista y profesor universitario, Daniel Cadenas, precisó que durante una recesión, algunas industrias suelen ser más afectadas que otras, debido a diversos factores.
En ese sentido, enumeró algunas de las industrias o sectores que, a su juicio, podrían ser más afectadas durante una posible recesión en Venezuela:
1.- Turismo: las empresas que operan en la industria del turismo y el hospedaje, como hoteles y líneas aéreas, suelen ser especialmente vulnerables durante una recesión, ya que los consumidores tienden a reducir sus gastos en viajes y entretenimiento.
2.- Inmuebles: la actividad inmobiliaria tiende a ser muy afectada durante, ya que la compra y alquiler de inmuebles, tanto residenciales como comerciales, disminuye mucho. Ni hablar de la construcción de nuevos proyectos, la cual por vías licitas es casi imposible en Venezuela.
3.- Venta minorista: las empresas minoristas, especialmente aquellas que venden productos no esenciales, también pueden verse afectadas, ya que los consumidores tienden a reducir sus gastos en compras no esenciales y hasta reducen su compra de bienes esenciales.
4.- Restaurantes: durante una recesión, los consumidores tienden a reducir su gasto en actividades no esenciales, como salir a comer. Como resultado, los restaurantes pueden experimentar una disminución en la demanda. También se ven afectados por la caída en el turismo.
5.- Recreación: cines, teatros, conciertos, etc, se ven negativamente afectados al no ser servicios esenciales.
Cadenas recalcó en su cuenta en la red social Twitter que los efectos en Venezuela «tenderán a ser peores que en otras latitudes, pues no existe el crédito al consumo como amortiguador o colchón».
Actividad económica
Hace poco, el Indicador Mensual de Actividad Económica que elabora el Observatorio Venezolano de Finanzas (OVF), correspondiente al primer trimestre de 2023, sugiere que la actividad económica de Venezuela registró una caída de 8,3%, cuando se compara con el primer trimestre de 2022.
Esta situación ha reforzado en comportamiento a la desaceleración del ritmo de la producción de bienes y servicios que se viene apreciando desde el segundo trimestre de 2022, tal como se muestra a continuación, de acuerdo con las tasas anualizadas de crecimiento del citado indicador.