Yuslaisy Herrera Cedeño, una migrante de origen venezolano, que se gana la vida vendiendo tinto, empanada y chontaduro en las calles de Florencia, Caquetá, en Colombia, celebra con alborozo la recuperación de su pequeño hijo que llegó al mundo con una cardiopatía congénita por lo que a su corta edad fue necesario someterlo a una compleja cirugía de corazón abierto.
Por Fabio Arenas | EL TIEMPO
“Me preocupé mucho pues nació con bajo peso, leve dificultad para respirar y manchas de tono azulado en la espalda y los glúteos”, afirmó esta madre que hace varios años llegó a Colombia en busca de mejores oportunidades.
Por la complejidad de su embarazo fue trasladada de Florencia a la clínica Medilaser, en Neiva, Huila, donde especialistas detectaron en el séptimo mes una cardiopatía congénita, denominada Tetralogía de Fallot, una afección poco frecuente ocasionada por una combinación de defectos cardíacos presentes en el nacimiento de su bebé.
Lucía Fernanda Casanova, cirujana cardiovascular de la clínica Medilaser, quien ha estado al frente de este llamativo caso, afirmó que se trata de una anomalía del desarrollo del bebé que debe ser atendida lo más pronto posible.
“Se presenta una obstrucción de la salida de la sangre hacia los pulmones, y eso va asociado a la comunicación entre los dos ventrículos”, señaló la cardióloga.
Lo delicado de esta cardiopatía congénita es que “genera hipoxemia secundaria y se hace necesaria una intervención quirúrgica para garantizar que llegue oxígeno suficiente a los pulmones del niño o la niña”.
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