Lo primero que hay que afirmar es que una privatización aislada no tiene ningún sentido, es decir la privatización es una de varias medidas que generalmente vienen acompañadas de un programa económico para un estado determinado y que además muestra, per se una propuesta asociada: El estado deja de ser propietario de una empresa o transfiere un servicio público y esta empresa o servicio público pasa a ser manejado u operado por particulares.
Puede pensarse a primera vista que hay un tema de ideas políticas en medio de un debate por privatizar o no. Pero también puede que no sea un tema de ideas políticas sino uno más pragmático. Allí y es donde cabe hacerse diferentes preguntas:
¿Porqué se piensa en privatizar?
Es probable que la palabra privatización apareciera impresa por primera vez en la revista inglesa The Economist, hace unos 30 años según Álvarez Rodrich, aunque en esa época la consideración sobre el tema era muy mal vista pues se habían dado una ola de protestas en el continente Latinoamericano por medidas económicas que venían tomando los diferentes estados.
La discusión sobre el tema ha girado más bien acompañada de la necesidad de un Estado de mayor tamaño o no, y en el caso venezolano para utilizar el lenguaje coloquial, el tema está en determinar si la necesidad tiene cara de perro o si la cobija alcanza para reflotar una empresa de ese tamaño. Esto último asociado a la realidad de que prima facie dicha empresa no funciona y genera pérdidas. Igualmente cabe la duda si esos recursos para reflotarla se destinan a necesidades más básicas y urgentes dada la emergencia humanitaria compleja que pesa sobre el país en términos de bienes y servicios públicos fundamentales.
No creo que se haya afirmado la entrega de los destinos de la patria cuando se dice que algo no funciona y que es mejor que otro lo haga funcionar. Tampoco se afirma que se donará o que de producir ganancias no se genere el cobro de tributos. Tampoco se dispone por concesión del petróleo que está en el subsuelo del territorio. Se trata de un fondo de comercio que no logra alcanzar abastecer el mercado interno de gasolina, no obstante haber sido objeto de uno de los mayores latrocinios de la historia venezolana. No hay cifras claras de producción ni en petróleo ni en gasolina. Parte de lo extraído se lleva a Cuba o se intercambia por otros bienes además de la sombra de la corrupción que encima de la empresa agrega un peso que la hace inviable o acercarse a su inviabilidad.
En razón de lo dicho razones para privatizar se encuentran en: – lo necesario de enmendar inestabilidad en lo público financiero, buscando reducir esta obligación financiera que las empresas del estado generan.- Hacer crecer perentoriamente lo eficiente y competitivo que puede llegar a ser nuestra economía, tomando como asidero la privatización y que a la postre va a crear elementos gerenciales dirigidos a innovar y con mayor aptitud frente a los objetivos que día a día plantea el mercado y con mayor disposición a la actuación pronta y dinámica que la economía impone, todo ello frente a una burocracia que en Venezuela alcanza mas de siete millones de empleados públicos. Es decir la hipertrofia estatal- Brindar posibilidades para in en pos de fortalecer y encaminar un sector privado nulificado por medidas que pueden recibir diversos nombres (socialistas, populistas, clientelares entre otras). – Hacer decrecer la injerencia política en actividades que son netamente empresariales. – Disminuir los problemas que representa una empresa que presenta diversos tipos de problemas que van más allá de lo político. Y simultáneamente dejar en libertad recursos del estado que pueden aliviar otros roles fundamentales del mismo Estado.
Razones que por cierto escapan al tema ideológico y van al punto del pragmatismo expresando en ellas las necesidad del viraje que necesita Venezuela,
Si nos referimos a razones ya en el campo ideológico sirve bien una cita de Jaime Rodríguez Arana en la cual menciona a Popper y sostiene lo siguiente:
“aunque hoy es frecuente apelar a la llamada crisis del Estado del bienestar, es de justicia reiterar que este modelo de Estado surge de una convicción moral, como dice Karl POPPER, sumamente humanitaria y admirable. Lo que ha pasado es que se ha olvidado el principio de subsidiariedad que, probablemente, permite llegar a mejores resultados, con menos costes y con mayor participación social. Debe reivindicarse, pues, nuevamente que el principio rector que justifica la actividad del Estado en el plano económico y social es el de la subsidiariedad.”
Frente a estos argumentos abunda suficiente sustento para afirmar la conveniencia de la privatización.
Sin embargo es más agudo el Doctor Quiroz y quiero abundar en otros comentarios:
Dice el Dr. Quiroz lo siguiente: “Entiendo que los trágicos tiempos que vive el país estimulan la proliferación de ideas, diagnósticos, soluciones y propuestas abarrotadas de atávicos deseos privatizadores, y la satanización del Estado venezolano”.
Lo que no entiende el Dr. Quiroz es que tenemos un estado comunal con leyes del poder popular aprobadas en todas las instancias. Es real lo que está ocurriendo y hay que tomar decisiones.
Los atávicos deseos privatizadores en qué Venezuela incurre es porque Venezuela es propietaria de productoras de azúcar, de café, de autobuses, de carros, de cartón, de cereales, de fincas y cuántas otras que no se enumeran todo esto cumpliendo con un objetivo socialista de librito: “los estados son los dueños de la producción: Tierra, trabajo y capital.”
Entiendo que no le guste la privatización pero ¿vale la pena tener en manos del Estado empresas que terminarán siendo objeto de corrupción porque está presente el autoritarismo? O es que lo que ocurre con el Sr Tarek el Aisami no es suficiente como muestra.
Si no se ha dado cuenta Dr. Quiroz, el estado tiraniza con Sentencias del Tribunal Supremo de Justicia, oprime cuando tomas decisiones económicas que nos ponen a pasar trabajo como pueblo y los que ayudan son las ONG a mitigar la necesidad de los venezolanos. En recesión e inflación, empobrece cuando luego de cinco años las personas siguen comiendo de la basura y seguimos en emergencia humanitaria compleja hay que cambiar de rumbo y la subsidiariedad es una respuesta.
Olvida el Dr. Quiroz que propone como idea recuperar PDVSA, pero la deuda externa venezolana algunos economistas la ubican en 90.000 millones de $. ¿ De dónde se saca el dinero para mejorar o reflotar PDVSA? ¿Qué organismo le quiere prestar dinero a Venezuela?
Irónicamente los iraníes ya deben haber tomado garantías en todo lo que inviertan.
No será más bien que todo lo que usted critica en la idea privatizadora de PDVSA ya ocurrió frente a nosotros con Irán y otros.
No quiero responder con ¿Ud. qué propone?, pues ya María Corina ha propuesto, sin embargo valen ideas que abundan en la forma como se puede privatizar, valen ideas para replantearse el tamaño del Estado, valen ideas para salir del paternalismo estatal y construir una ciudadanía que verdaderamente pueda tomar el camino de la prosperidad.
1/ Álvarez Rodrich, Augusto, (1991), Empresas estatales y privatización. Apoyo, Lima.
2/ Rodríguez-Arana Muñoz, J. (2007). Sobre las privatizaciones. Revista De Derecho Administrativo, (3), 181-194. Recuperado a partir de https://revistas.pucp.edu.pe/index.php/derechoadministrativo/article/view/16321