Corto y Picante “No es el bloqueo, es el saqueo” por José Luis Farías

Corto y Picante “No es el bloqueo, es el saqueo” por José Luis Farías

El descaro de Nicolás Maduro no conoce límites. Este 1º de mayo nos cubrió de falacias en brutal burla a los trabajadores venezolanos con unas medidas humillantes, inaceptables en un país hundido por la corrupción que alcanza cifras impensables, utilizada por Maduro para cambiar su narrativa, siendo que ahora “no es el bloqueo sino el saqueo”, la culpa de los males, según dijo una de sus camaradas.

Con inusitada desfachatez, el mandón pretendió vender como un avance reivindicativo la bonificación del 91% del ingreso laboral, que en la práctica no es otra cosa que el Acta de Defunción del salario mínimo, las vacaciones, los aguinaldos y las prestaciones sociales, conquistas laborales históricas que han costado sangre, sudor y lágrimas.

El fulano Bono de Guerra fue rebajado a menos de la mitad (pasó de 44$ a 20$ en los activos y a 10$ los jubilados y pensionados), sin ningún incremento del salario real que continuará en los insignificantes 5$ en tendencia a la baja con la indetenible devaluación del bolívar.





En este contexto, los trabajadores jubilados y pensionados, que suman cinco millones y medio dependientes de la Administración Pública, que no cobran Cesta Ticket y apenas tienen un Bono de Guerra chucuto, son los que más sufrirán las consecuencias del ajuste contractivo.

Por si fuera poco, Maduro anunció una nueva reforma tributaria para aumentar los impuestos. Esta pesada carga impositiva reducirá la demanda y profundizará la caída de la economía que no puede resistir más impuestos. Es una medida totalmente contraproducente en un contexto recesivo, que se suma a los más de 15 impuestos y contribuciones fiscales y parafiscales y a las matracas policiales y burocráticas que extorsionan a productores y comerciantes.

La falta de interés por mejorar la calidad de vida de los ciudadanos es preocupante, Maduro se niega a aumentar los salarios “teniendo como hacerlo”, señala José Guerra, con el aumento de la exportación de 140.000 barriles diarios de petróleo por Chevron que reportaran más de 3.500 millones de dólares. Exportaciones que pudieran aumentar si el gobierno garantiza elecciones libres en 2024 que lleven a un levantamiento de las sanciones económicas para disponer de ingresos que permitan un incremento real en los ingresos familiares.

Pero Nicolás Maduro prefiere seguir en su ceremonial de ficciones con su discurso manipulador de medidas que no cubren las necesidades básicas de los ciudadanos, envuelto en su retórica antiimperialista que no convence ni a sus seguidores que ayer le dijeron NO a sus mentirosos anuncios.

Venezuela necesita un cambio radical en su política económica si se quiere salir de esta crisis, necesita un gobierno que escuche a su pueblo y tome medidas efectivas para mejorar su calidad de vida. De lo contrario, la situación seguirá empeorando y los ciudadanos seguirán sufriendo las consecuencias de un gobierno que no está a la altura de las circunstancias.

Es hora de dejar atrás las promesas vacías. Es hora de tomar medidas efectivas y concretas que puedan sacar a Venezuela de esta crisis. Es hora de escuchar a aquellos que realmente saben cómo solucionar los problemas económicos del país y trabajar juntos para lograr un futuro próspero y sostenible. Solo así podremos garantizar un futuro mejor para todos los venezolanos.