La ONG denunció que el régimen de Beijing reprime a los profesionales de los medios y avasalla el derecho a la información. También lo acusó de recurrir a la vigilancia, la coerción, la intimidación y el acoso.
Por infobae.com
China es “la mayor cárcel para profesionales de los medios y los defensores de la libertad de prensa”, según el último informe sobre la libertad de prensa de Reporteros sin Fronteras (RSF), en el que Corea del Norte es el peor país de los 180 valorados, por delante del régimen de Beijing y de Vietnam.
En su informe publicado este miércoles, RSF destaca que además de su condición de mayor carcelero, China “lleva a cabo una campaña de represión contra el periodismo y el derecho a la información en el mundo entero”.
“El régimen chino recurre a la vigilancia, la coerción, la intimidación y el acoso para impedir a los periodistas independientes rendir cuenta de los temas que juzga “sensibles”. “China es la mayor cárcel de periodistas del mundo, con más de 100 actualmente en prisión, en condiciones muy duras”, subraya el informe.
El último puesto de la clasificación recae, al igual que en años anteriores, en Corea del Norte, que “ejerce un control férreo de la información y prohíbe estrictamente el periodismo independiente” y donde “varios periodistas han sido detenidos, deportados, enviados a campos de trabajos forzados o asesinados por haberse desviado del relato del partido”.
Los últimos tres puestos, ocupados exclusivamente por países asiáticos, lo cierra Vietnam, que baja de la posición 174 a 178 en la clasificación ante el aumento de detenciones y donde “el aparato asfixia cuidadosamente todas las iniciativas periodísticas que emanan de la sociedad civil”, según el informe.
RSF califica a Vietnam de “tercera mayor cárcel de periodistas del mundo”, por detrás de China y de Myanmar, que ocupa el puesto 172 en el global y que “desde el golpe de Estado del 1 de febrero de 2021 ha vuelto a ser un agujero informativo”.
El informe indica que “la profesión de periodista es extremadamente peligrosa en Myanmar”, el país que más periodistas encarcela en relación a su población, con testimonios de torturas y al menos cuatro periodistas asesinados por la junta militar en el poder.
Solo 53 de los 180 países analizados presentan para RSF una situación buena o más bien buena, con Noruega en primera posición por séptimo año consecutivo.
El avance de la desinformación, que cada vez cobra más peso a través de campañas oficiales de propaganda que dificultan discernir la verdad de lo falso, ha marcado los desafíos que atraviesa la libertad de prensa en el mundo, según RSF.
En el Día Mundial de la Libertad de la Prensa, RSF destacó un retroceso en ese derecho a nivel general, con solo tres de cada diez países con una situación “satisfactoria”.
Dentro de la volatilidad general, el secretario general de RSF, Christophe Deloire, destacó el avance de 18 plazas de Brasil (puesto 92), ligado a la salida del poder del anterior presidente, Jair Bolsonaro, o la caída de 31 de Senegal, que lideraba la clasificación en África.
“La inestabilidad es el efecto de una agresividad creciente del poder en numerosos países contra los periodistas en las redes sociales y en el mundo físico”, agregó Deloire, quien resaltó la fragilidad de América Latina, una región con un índice de asesinatos de informadores equivalente al de los países en guerra.
“Para resistir (a esa violencia) son necesarios marcos legales sólidos que, en muchas ocasiones, no se han puesto en marcha” en América Latina, comentó Deloire a la agencia de noticias EFE.
Un campo de batalla, el de la desinformación, que se ha nutrido de la guerra de Ucrania, donde Rusia “puso en marcha en un tiempo récord un arsenal mediático” para difundir su discurso oficial, lo que ha hecho a ese país caer nueve plazas en la clasificación de RSF hasta el puesto 164.
Ese conflicto arrastra también a Ucrania, donde ejercer el oficio de periodista nunca ha sido tan difícil.
La situación de la libertad de prensa es “muy grave” en 31 países, “difícil” en 42, “problemática” en 55 y solo en 52 es “buena” o “muy buena”, casi todos ellos en Europa.