El príncipe Harry y su esposa, la exactriz estadounidense Meghan Markle, fueron invitados a la coronación del rey Carlos III, luego de amplias especulaciones por el torbellino mediático que causaron en la familia real tras el estreno de su documental en Netflix y la publicación del libro de memorias de Harry, Spare. Finalmente, el único que fue a la ceremonia en la Abadía de Westminster fue él, mientras que Markle se quedó en California para preparar todos los detalles de la fiesta de cumpleaños de su hijo Archie.
Por La Nación
Mientras todos los focos estaban puestos en la coronación, Markle estaba ocupada con la fiesta, según el medio británico Daily Mail. Por otro lado, desde el evento en Londres, el menor de los hijos del rey Carlos III aplicó su plan de “24 horas” al asistir a la ceremonia religiosa. En los lugares, quedó relegado a la tercera fila, entre el esposo de su prima Eugenia, Jack Brooksbank, y la princesa Alejandra de Kent, prima de Isabel II. Los sitios preferentes se reservaron únicamente a los miembros de la realeza en activo, incluidos el príncipe Guillermo y Kate Middleton.
El duque de Sussex llegó el viernes a Londres, en un viaje fugaz. Su presencia, que primero avivó los rumores de reconciliación entre la familia real británica, se limitó al acto religioso, dado que no participó en la recepción de mandatarios extranjeros, ni estuvo en la procesión hasta el Palacio de Buckingham. De igual manera, vistió de civil y tampoco salió al balcón para acompañar a los integrantes de la realeza en funciones.
A menos de una hora que terminara la ceremonia, Harry abandonó Londres a toda prisa, según confirmaron los medios británicos. El duque de Sussex, de 38 años, decidió regresar a su casa, en California, para estar presente en el cuarto cumpleaños de Archie. Según las fuentes del medio citado, fue visto en la suite VIP Windsor del aeropuerto de Heathrow a las 15 hs locales.
En total, estuvo en Reino Unido poco más de 24 horas, tras llegar el viernes en un vuelo comercial. La noche la pasó en el Frogmore Cottage. Si bien asistió a la ceremonia, tuvo varios desaires, incluso una pluma gigante en el sombrero de la princesa Ana le impidió la visión.
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