Nikole Mitchell tiene 37 años, es una ex pastora cristiana, tiene tres hijos y durante seis años no tuvo ni una relación sexual. Pero abandonó la Iglesia, asistió a un evento y tras descubrir que le gustan por igual hombres y mujeres, entró en la industria del sexo.
Por: Clarín
Ella dice que siempre quiso ser stripper, pero le hicieron creer que era un camino del pecado: “Me enseñaron que a las mujeres no se les permite liderar y que deben estar en la cocina y con los niños”.
En 2011, la joven junto con su ahora ex marido, se unieron a la Iglesia Woodland Hills en Minnesota, y ella se convirtió en pastora por sus dotes oratorias.
A finales 2016 asistió a una función de teatro LGBT. “Yo estaba como, ‘Oh, Dios mío, no creo que sea heterosexual’ y sacudió mi mundo… Sabía que si revelaba mi rareza lo perdería todo porque la iglesia no da la bienvenida a las personas queer”.
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