Las autopsias realizadas sobre ciertos cadáveres hallados en un bosque del sureste de Kenia, donde se reunían los miembros de una secta evangélica, revelaron la ausencia de algunos órganos, según un documento judicial consultado el martes por AFP.
“Informes de autopsia revelaron que faltaban órganos sobre algunos cuerpos de las víctimas que fueron exhumados hasta ahora“, indica el documento fechado el lunes.
El acta también menciona “un tráfico de órganos humanos bien coordinado que implica a varios actores“.
Más de un centenar de cadáveres, en su mayoría de niños, fueron descubiertos en abril en el bosque de Shakahola, donde se congregaban los fieles de una secta que recomendaba el ayuno extremo para “conocer a Jesús“.
El hallazgo de los cuerpos provocó sentimientos de horror, indignación e incomprensión en este país de África del Este, de unos 50 millones de habitantes y donde hay más de 4.000 iglesias registradas, según el gobierno.
Según las autopsias realizadas sobre 112 cuerpos, la mayoría de las víctimas murieron de hambre, tras haber seguido presuntamente las predicaciones de Paul Nthenge Mackenzie, un autoproclamado pastor de la Iglesia Internacional de la Buena Nueva.
El pastor, que se encuentra detenido, será procesado por “terrorismo“, anunciaron los fiscales el 2 de mayo.
Algunas de las víctimas, sin embargo, fueron estranguladas, golpeadas o ahogadas, indicó la semana pasada el jefe de las operaciones de autopsia, el doctor Johansen Oduor.
En el documento la Dirección de Investigaciones Criminales (DCI) pide congelar las cuentas bancarias del pastor Ezekiel Odero, detenido el 28 de abril por este caso y liberado el jueves bajo fianza.
Según el DCI, este influyente religioso recibió “enormes transacciones en especie“, procedentes de las cantidades entregadas por los fieles a Mackenzie, quien les había pedido vender sus propiedades. AFP