El presidente estadounidense, Joe Biden, se reunió este martes con el líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, para hablar de la necesidad de suspender el techo de deuda y evitar así que Estados Unidos entre en una suspensión de pagos, sin llegar a un acuerdo.
Biden y McCarthy se limitaron a reiterar cara a cara sus posiciones sobre la suspensión del techo de deuda, cuyo límite de 31,4 billones de dólares ya se alcanzó el 19 de enero, por lo que actualmente el Gobierno está recurriendo a dinero en sus reservas para pagar las deudas que ha contraído.
El Departamento del Tesoro estima que esas reservas se agotarán el 1 de junio, momento en que EE.UU. entraría automáticamente en una suspensión de pagos, la primera de su historia.
El encuentro se desarrolló en el Despacho Oval de la Casa Blanca. Era la primera vez que Biden y McCarthy se veían para hablar de este tema desde el 1 de febrero, cuando ambos se reunieron por última vez en la Casa Blanca.
En el encuentro también estuvieron el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, el líder de la minoría republicana en esa cámara, Mitch McConnell, y el líder de la minoría demócrata en la Cámara Baja, Hakeem Jeffries.
Al término de la reunión, McCarthy habló a las decenas de reporteros que se agolpaban fuera del Despacho Oval y aseguró que no hubo “ningún nuevo movimiento” en las conversaciones con Biden.
McCarthy quiere vincular la suspensión del techo de deuda con importantes recortes de gasto en algunos de los programas estrella de Biden, como la cancelación de la deuda estudiantil, y además quiere endurecer los requisitos que deben cumplir los estadounidenses más pobres para acceder a ayuda sanitaria y alimentaria.
Por su parte, Biden lleva semanas diciendo que no está dispuesto a negociar sobre el techo de endeudamiento y que los republicanos tienen la obligación de asegurarse de que Estados Unidos puede pagar las deudas que ya ha contraído, como hicieron en varias ocasiones con antecesor, Donald Trump (2017-2021).
Al inicio del encuentro, Biden reiteró esa postura y acusó a los republicanos de haber tomado como “rehén” a la economía estadounidense.
Aparte de reiterar sus posiciones, las dos partes dejaron claro que no están a favor de una solución a corto plazo.
Preguntado por la prensa antes de su reunión con Bien, McCarthy dijo que “no” está dispuesto a impulsar un proyecto de ley que suspenda el techo de deuda hasta septiembre con el fin de dar más tiempo a las negociaciones con los demócratas.
“Él (Biden) necesita dejar de ignorar estos problemas. ¿Por qué seguir perdiendo el tiempo? Resolvamos esto ahora”, afirmó McCarthy, quien consideró necesario llegar a un acuerdo la semana próxima para evitar que EE.UU. incurra en un impago de su deuda.
Por su parte, la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo que “una extensión a corto plazo” tampoco entra dentro de los planes de la Administración, pero no llegó a descartarlo del todo.
En EE.UU., el techo de deuda es la cantidad total de dinero que el Gobierno está autorizado a pedir prestado para cumplir con sus obligaciones legales existentes y financiar los beneficios del Seguro Social y Medicare, los salarios militares, los intereses sobre la deuda nacional, las devoluciones de impuestos y otros pagos.
Cada cierto tiempo, Estados Unidos se asoma al impago de la deuda nacional porque, a diferencia de otros países, el Ejecutivo estadounidense solo puede emitir deuda hasta el límite establecido por el Congreso, que tiene el poder de suspender ese techo según crea conveniente.
EE.UU. nunca ha tenido que declarar la suspensión de pagos de su deuda nacional pero estuvo muy cerca en 2011, cuando la mera posibilidad de que eso ocurriera desató el caos en los mercados financieros e hizo que Standard & Poor’s rebajara la nota de solvencia del país. EFE