Una mujer fue brutalmente atacada por un perro de raza pitbull mientras hacía ejercicio en las calles de Portland, Oregon. A pesar de que el animal iba con su dueño, este no hizo nada para frenar la agresión, por lo que la víctima terminó con múltiples heridas en todo su cuerpo. Este caso tenía antecedentes, con otros afectados en semanas pasadas. Después de varios procesos, las autoridades confiscaron al can y se prevé que el dueño enfrente cargos.
Por La Nación
Cheryl Walker le dijo al canal estadounidense KPTV que el hecho ocurrió en abril, sin especificar el día, cuando trotaba por su vecindario. El perro, que iba sin correa, se le acercó y la mordió en repetidas ocasiones: la tiró al suelo y no la soltaba. Recién cuando un automovilista que transitaba por el lugar tocó la bocina el animal se alejó y ella pudo levantarse.
El dueño, identificado como Jessie Miller, no actuó ante la actitud de su mascota, aun cuando estaba del otro lado de la calle. Al final, la mujer contabilizó que tenía 35 laceraciones en total, en uno de sus brazos y las dos piernas. “Todavía no puedo procesar que sucedió, pero claramente sucedió”, afirmó luego del incidente.
Por su parte, otra mujer de la zona, Kara Bloom, comentó para el medio citado que en febrero había pasado por la misma situación. Un día que caminaba junto a su perro por la calle, ambos fueron atacados por el pitbull. Su cachorro quedó gravemente herido, al grado de que los veterinarios temían por su muerte. Aún hoy no pueden salir a la calle sin tener miedo de encontrárselo nuevamente: “Él y yo estamos bastante traumatizados. Tomar nuestra caminata matutina y ser atacados así… Definitivamente estoy en alerta y él también”.
Las dos mujeres reportaron lo sucedido ante la policía y los servicios de animales, pero no hubo acciones inmediatas. “Inicialmente presenté un informe policial, porque sentí que alguien más iba a salir lastimado”, remarcó Bloom. Incluso la propia Walker, mientras se recuperaba de sus lesiones, afirmó que algunos vecinos habían denunciado que el perro corría por el barrio nuevamente sin correa y que ninguna autoridad los había asistido. En su defensa, los encargados del control animal expusieron que no podían recoger a un can sin una orden emitida por un juez.
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