¿Qué hay en el más allá?, ¿existe un espacio o limbo entre el cielo y el infierno después de la muerte? Estos son solo dos de los cuestionamientos en torno a lo que pasa cuando el cuerpo pierde su funcionalidad. Religiones, como la católica, tienen su respuesta: un contundente sí, cuyo argumento es que, tras el fallecimiento, a la persona se le tomarán cuentas por sus acciones en la Tierra.
Por Semana
Según este credo, en medio del lugar al que van las almas justas y el otro extremo, que alberga a quienes en vida no se arrepintieron de sus pecados, está el purgatorio. La cadena de radio COPE –propiedad de la Conferencia Episcopal Española— lo define como el espacio en el que algunas personas necesitan estar, para quedar “limpias” y trascender.
En medio de la incertidumbre hay discusiones entre quienes se aferran a que hay vida después de la muerte y otros para los que esa creencia no tiene cabida. Uno de ellos es el docente estadounidense Sean Carroll, quien se ampara en la física cuántica. “No hay manera, en esas leyes, de permitir que la información almacenada en el cerebro persista después de que muera”, afirma, según reseñó El Confidencial.
El ‘extraño’ caso de Clifford Hoyt
En la década de los noventa, un hombre en Maryland, Estados Unidos, sufrió un accidente del que nunca se volvió a ser el mismo. Su caso ha inquietado tanto a testigos presenciales de su comportamiento como a psiquiatras quienes, en general, suelen ser escépticos ante la conducta humana y lo calificado como paranormal.
Está noche les traigo el caso de Clifford Hoyt… Abro hilo: pic.twitter.com/qg1SuPGYiw
— Churo??? (@lucianotorresch) August 6, 2021
Su nombre es Clifford Hoyt. El norteamericano aseguró que tras el siniestro vial (del que terminó un tiempo en coma), fue al infierno y empezó a ser hostigado por almas en pena. En principio, los doctores creyeron que su relato no aludía sino a efectos secundarios de los medicamentos o resultado del impacto en su cabeza.
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