El aforismo “el amigo de mi enemigo no es mi amigo” queda corto frente a la incomprensible actitud de la Unión Europea y los 27 estados miembros de Europa frente a los amigos, sostenedores y operadores de Rusia desde Latinoamérica. La dictadura de Cuba subordinada a Rusia lidera y controla los regímenes de Venezuela, Bolivia y Nicaragua en los que ha expandido su modelo, pero que además -con el mecanismo del socialismo del siglo XXI- señala la política exterior de los gobiernos paradictatoriales instalados en Brasil con Lula, México con López Obrador, Argentina con Fernández/Kirchner, Chile con Boric y Colombia con Petro.
La dictadura de Cuba que tiene más de 64 años detentando el poder ha convertido su país en una crisis total, de hambre, miseria, violación de derechos humanos, quiebra de la economía, tráfico de personas y esclavismo en el siglo XXI, narcoestado y centro de conspiración y desestabilización permanente de las democracias de las Américas y del mundo. Ha sido la principal base de la extinta Unión Soviética comunista en la región y ahora es la plataforma principal como soporte a la invasión de Rusia a Ucrania. Sus satélites, las dictaduras de Venezuela, Bolivia y Nicaragua son hoy bases armadas con equipamiento y presencia rusa.
Un enemigo es un contrario. La palabra enemigo “puede funcionar como adjetivo y como sustantivo que se utiliza para nombrar algo o alguien que resulta contrario o antagónico a uno mismo o a lo propio”. Contrario es el que “daña o perjudica”, que está en oposición. En la invasión de Rusia a Ucrania es clara la condición de Rusia que al agredir a Ucrania está atacando a toda Europa y al mundo libre y democrático. Con su régimen actual liderado por Putin, Rusia se ha declarado y actúa hoy como enemiga de Europa y de las democracias del mudo.
La reacción del mundo libre frente a la invasión de Rusia a Ucrania ha configurado el bloque de los aliados rusos con diferentes grados de subordinación y participación. Rusia está asociada con las dictaduras del mundo. China la dictadura comunista con operaciones capitalistas en todo el mudo, que ha encendido la tensión con Taiwán; Irán la dictadura teocrática; Corea del Norte la dictadura familiar; los países satélites rusos y en Latinoamérica las dictaduras del socialismo del siglo XXI o castrochavismo Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua con influencia en los gobiernos paradictatoriales.
Es este escenario es imposible no reconocer al enemigo e identificarlo: la Rusia actual es enemiga de Europa y las dictaduras de Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua son subordinadas, operadoras y plataformas de Rusia en Latinoamérica, respaldando con acciones y omisiones la invasión de Rusia a Ucrania. Los 27 países de Europa mantienen relaciones diplomáticas plenas con las dictaduras castrochavistas y además las apoyan política y económicamente contribuyendo a su sostenimiento que es apoyo a la violación de derechos humanos y que detenten el poder con terrorismo de estado.
La Unión Europea ha mantenido una política de normalización de relaciones con Cuba, la dictadura jefe. En 2019 triplicó los fondos de cooperación, sin cambios reportados por efecto de la invasión de Rusia a Ucrania y del publico posicionamiento del régimen cubano a favor del invasor, con visita del dictador Diaz Canel a Rusia y del canciller ruso a Cuba. El aporte europeo institucional es el más importante a la dictadura de Cuba.
El Banco Mundial no registra datos de inversión externa en Cuba, pero los datos del régimen señalan que “el mayor número de entidades con inversiones en Cuba lo tiene España con 104, Canadá con 70, Italia con 57? y que “resultan significativos los números correspondientes a Francia e Inglaterra y aumentan paulatinamente los de China y Alemania”. De manera que mientras se sanciona a Rusia por la invasión y empresas y capitales europeos se retiran de territorio ruso, se mantienen como principales inversionistas en el principal socio ruso que es Cuba.
Los ciudadanos europeos merecen saber que sus impuestos están contribuyendo a ayudar a Rusia su enemigo, por medio del sostenimiento de las dictaduras de crimen organizado en Cuba, Venezuela, Bolivia y Nicaragua.
*Abogado y Politólogo. Director del Interamerican Institute for Democracy