El Roma de José Mourinho se clasificó este jueves a la final de la Liga Europa al empatar sin goles con el Bayer Leverkusen con un juego minimalista.
Tras el 1-0 que firmó en la ida, se concentró en mantener imbatida su meta e hizo poco o nada por el ataque. Y le salió bien.
En el minuto 2 el equipo italiano dio un susto a los locales con un remate desviado desde la media luna de Lorenzo Pellegrino. Lejos de ser una declaración de intenciones, el Bayer Leverkusen se hizo con el control del duelo frente a un rival muy replegado.
El Roma dejó el balón al equipo de Xabi Alonso, procuró cerrar su área y hacia adelante hizo poco más que intentar salir con balones largos. Fue, desde el comienzo, un partido típico de Mourinho.
El Leverkusen intentó circular la pelota para abrir espacios y buscó crear peligro con remates desde fuera del área.
La mejor ocasión en la primera parte la tuvo Mousa Diaby, con un remate al larguero desde un ángulo cerrado en el minuto 12 tras recibir un pase de Florian Wirtz.
Más tarde, en el 21, Rui Patricio tuvo que desviar a saque de esquina un disparo de Kerem Demirbay.
Poco antes del final de la primera parte el Roma logró quitarle ritmo al partido ‘estirando’ un poco el reglamento, demorando el lanzamiento de las faltas a favor y generando interrupciones con lesiones fingidas y reales.
En la segunda parte, el Roma empezó a mostrarse mas agresivo y el Leverkusen empezó a dar muestras de nerviosismo.
El partido se enredó y el Leverkusen no volvió a rematar a puerta hasta el minuto 65, con una cabezazo de Azmoun al cuerpo de Rui Patricio.
Un remate desde lejos de Demirbay, en el minuto 67, puso en problemas a Rui Patricio, que sólo pudo parar el balón a medias, pero Mancini evitó que Azmoun recogiera el rebote y cedió un saque de esquina.
El Leverkusen chocaba contra un muro y el Roma seguía con su estrategia de cerrar el área y perder tiempo para quitarle ritmo al duelo.
Al final, se añadieron 8 minutos y pudieron sr más, pero al Leverkusen se le acabaron las ideas pese a que Xabi Alonso lo había apostado casi todo por la ofensiva con los ingresos de Hlozek y Amiri por Tah y Palacios.
Los jugadores del Roma siguieron rodando por el césped y pidiendo ser atendidos casi por cada roce. EFE