Más de 2.500 familias que habitan en los pueblos pescadores del municipio Miranda en el estado Falcón, y que se alimentaban con la diversidad marina del Golfete de Coro, quedaron sin sustento. Desde 2020 se intensificaron los accidentes de la industria petrolera en esta importante zona pesquera, lo que ha ocasionado daños sustanciales en el lecho marino. Hasta ahora se registran 34 derrames de crudo y 15 fugas de gas, y de esto último hay una fuga activa desde hace un año que Pdvsa no ha podido reparar.
Corresponsalía lapatilla.com
Muchas familias de pescadores han migrado a otros pueblos como Zazárida y Buchivacoa para poder llevar el sustento a sus hogares, aunque esto representa un problema entre los consejos de pescadores, porque están invadiendo otras zonas de producción.
Wilmer Quintero, vocero de las comunidades afectadas El Cocuy, sectores Venezuela y Colombia, Cocorote, Cauca, Guarajacume y Matica de Yabo, todas ubicadas en Río Seco, detalló que en lo que va de año se han registrado 10 derrames de crudo y una de las fugas de gas ya cumplió un año, porque no han podido repararla.
Aseguró que son más de 750 kilómetros de costa afectada, lo que trae como consecuencia que no haya producción. “Actualmente, los pescadores de Río Seco no tienen ni para comprar un paquete de harina, porque la producción está en cero. Hay que migrar a otras zonas, utilizando solo la gasolina que nos dan, que son 120 litros semanal, y con las lanchas en mal estado, porque no se les ha podido echar ni una pinturita”, dijo.
Los derrames y las fugas de gas se acentuaron a partir del 13 de septiembre de 2020 y desde entonces Pdvsa solo ha cumplido con tapar las fugas, pero no aplica saneamiento de las zonas contaminadas, lo que ha traído como consecuencia la muerte del lecho marino.
Los pobladores de Río Seco vivían principalmente de la captura de langostino en la Punta Maraguey, pero con los derrames, esta especie fue desapareciendo. Recuerdan que diariamente cada lancha colectaba entre 15 y 10 kilos de langostinos; ahora regresan con las cestas vacías.
Peticiones no han sido escuchadas
Un grupo de estos pescadores tienen semanas en Caracas, capital de Venezuela, donde han ido a exponer la problemática del Golfete de Coro en las diferentes instituciones públicas, como la Asamblea Nacional, el Ministerio de Ambiente, Pdvsa y Pdvsa Gas, pero hasta la fecha no han tenido ninguna respuesta positiva.
De allí que la población de Río Seco paralizara la obra de sustitución de un primer tramo de 35 kilómetros de la tubería de gas, que atraviesa el Golfete de Coro, hasta la empresa mixta Cardón IV, en la que participan las petroleras Repsol y Eni.
Con informes y detalles de la situación que atraviesa Río Seco por la contaminación ambiental, están pidiendo el saneamiento del Golfete de Coro, el cierre de la línea de petróleo 1 y 3, así como indemnizaciones para las familias afectadas por el ecocidio. Sin embargo, han acudido a todas las instancias y no han obtenido respuestas.
“Todo es un peloteo, que venga mañana, el lunes, el viernes y no hemos sido tomados en cuenta, mientras nuestra gente se muere de hambre en espera de soluciones”, dijo Nelio Medina, también vocero de los pescadores de Río Seco.
Ante esta situación, han declarado a Río Seco y sus familias en estado de emergencia. Si no hay propuestas de solución, los pobladores en forma de protesta tomarán la carretera nacional Falcón-Zulia el próximo lunes 22 de mayo, como medida de presión.
Importancia ambiental
El Golfete de Coro está situado entre el litoral occidental de la propia costa marina falconiana y el istmo de los médanos, entre las puntas de Cardón y Maraguey. Se trata de un humedal con amplia reserva biológica que, además, sirve como refugio de aves migratorias del mundo.
Este importante lecho marino es atravesado por tuberías de gas y petróleo, que llevan suministros a las refinerías Amuay y Cardón, y a la empresa mixta Cardón IV, la cual produce y exporta gas. Algunas tuberías tienen hasta 70 años, cuando su vida útil es de máximo 50 año.
La obsolescencia y la falta de mantenimiento preventivo en los oleoductos y gasoductos han sido las detonantes para la contaminación continua de los últimos tres años, y que según los pescadores, ha acabado con gran parte del ecosistema marino desde Río Seco hasta Punta Cardón, afectando directamente a unas 5.000 familias de los municipios Miranda, Carirubana y Los Taques. Indirectamente, terminan afectando a todo el eje costero que vive de la pesca al incentivarse la migración forzada de los trabajadores del mar.
El Observatorio Venezolano de Ecología Política de Venezuela publicó un informe, en el cual se detalla que de enero a diciembre de 2022, se reportaron 86 derrames petroleros, que incluye fugas de gas en los gasoductos de Pdvsa.
Para el 30 noviembre de 2022 ya se habían registrado 77 derrames, mientras que para ese mismo periodo en el año 2021 se registraron 73 eventos, lo que indica que se incrementó el número de reportes de derrames en 2022.
Los derrames ocurrieron en Carabobo, Delta Amacuro, Monagas, Portuguesa, Falcón, Anzoátegui y Zulia, siendo estas tres últimas entidades las que presentan derrames constantes durante todo el año.