Human Rights Watch (HRW) es una organización internacional que se dedica a defender y promover los derechos humanos en el mundo. En su informe anual de 2022, HRW advirtió que América Latina se enfrenta a los mayores desafíos en materia de derechos humanos en décadas, debido al autoritarismo, las amenazas y la represión que se viven en varios países.
Entre los casos más graves, HRW destacó el de Venezuela, donde el régimen de Nicolás Maduro ha violado sistemáticamente las libertades fundamentales de la población, ha atacado a la independencia judicial, ha reprimido a la prensa crítica, ha perseguido a los opositores políticos y ha provocado una emergencia humanitaria sin precedentes.
Según HRW, el autoritarismo en Venezuela no es parte de una narrativa construida por los medios o por los gobiernos extranjeros, sino una realidad incuestionable que ha sido documentada y denunciada por múltiples fuentes, incluyendo a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la Corte Penal Internacional y diversas organizaciones de la sociedad civil.
Lula y Bolsonaro: dos visiones opuestas sobre Venezuela
El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva ha sido uno de los principales aliados políticos e ideológicos de Maduro y del chavismo en la región. Lula ha defendido el derecho de autodeterminación de Venezuela y ha criticado las sanciones internacionales que, según él, han afectado aún más la economía venezolana. Lula también ha cuestionó la legitimidad de Juan Guaidó, quien asumió como presidente encargado de Venezuela en 2019, con el respaldo de más de 50 países.
En contraste, el actual presidente brasileño Jair Bolsonaro ha sido uno de los más duros opositores al régimen de Maduro y al socialismo en América Latina. Bolsonaro reconoció a Guaidó, como presidente encargado y legítimo de Venezuela, y apoyó las medidas diplomáticas y económicas para presionar por una transición democrática en el país vecino. Bolsonaro también denunció las violaciones de derechos humanos cometidas por Maduro y ha ofrecido ayuda humanitaria a los millones de venezolanos que han huido de la crisis.
¿Qué papel debe jugar Brasil en la crisis venezolana?
La posición de Brasil frente a la crisis venezolana tiene implicaciones importantes para la política exterior brasileña y para la integración regional. Por un lado, Brasil tiene un interés estratégico en contribuir a la estabilidad y el desarrollo de Venezuela, un país con el que comparte una extensa frontera y con el que mantiene vínculos históricos, culturales y comerciales. Por otro lado, Brasil tiene el deber de asumir un compromiso con la defensa de la democracia y los derechos humanos en el continente, como lo establece su propia Constitución y los tratados internacionales que ha suscrito.
En este sentido, Brasil debe buscar una solución pacífica y negociada a la crisis venezolana, que respete la voluntad del pueblo venezolano y que garantice el restablecimiento del orden constitucional, el respeto a los derechos humanos y la atención a la emergencia humanitaria. Para ello, Brasil debe coordinar sus acciones con los demás países de la región, especialmente con los miembros del Grupo de Lima, una instancia multilateral creada en 2017 para abordar la situación venezolana.
Asimismo, Brasil debería mantener un diálogo constructivo con todos los actores políticos venezolanos, tanto del oficialismo como de la oposición, así como con las organizaciones de la sociedad civil y las agencias internacionales.
Brasil debería apoyar los esfuerzos de mediación que se han realizado bajo el auspicio de Noruega o de otros países neutrales. Brasil también debería ofrecer su cooperación técnica y financiera para facilitar un proceso electoral libre, justo y transparente en Venezuela.
Presidente Lula, también quiero compartir contigo algunas razones por las que creo que tu desmesurado apoyo a Maduro es un error histórico y moral. No pretendo ofenderte ni insultarte, solo quiero expresar mi opinión como ciudadano latinoamericano preocupado por el futuro de nuestra región.
La primera razón es que Maduro no es un presidente legítimo. Su reelección en 2018 fue un fraude descarado, rechazado por la mayoría de los países del mundo, incluyendo a la Unión Europea y a la Organización de Estados Americanos. La Asamblea Nacional, el único órgano elegido democráticamente en Venezuela, fue disuelta por una Asamblea Constituyente ilegal y controlada por el chavismo. Maduro gobierna con el apoyo de los militares y de grupos armados leales a su causa, mientras reprime brutalmente a la oposición y a la sociedad civil.
La segunda razón es que Maduro ha llevado a Venezuela a una crisis humanitaria sin precedentes. Bajo su mandato, la economía se ha desplomado, la inflación se ha disparado y la escasez de alimentos, medicinas y combustible se ha agudizado. Según la ONU, más de 7 millones de venezolanos han huido del país en busca de mejores condiciones de vida. Los que se quedan sufren violaciones sistemáticas de sus derechos humanos, como torturas, detenciones arbitrarias, ejecuciones extrajudiciales y censura.
La tercera razón es que Maduro es un obstáculo para la integración y la cooperación regional. Su política exterior se basa en el enfrentamiento con sus vecinos y con las potencias occidentales, a las que acusa de conspirar contra su revolución. Su alianza con países como Cuba, Irán y Rusia amenaza la estabilidad y la seguridad de América Latina.
Su apoyo a grupos guerrilleros como el ELN y las disidencias de las FARC contribuye a la violencia y al narcotráfico en la región.
Presidente Lula, HRW te ha dicho que el autoritarismo en Venezuela no es parte de una narrativa construida, es una realidad incuestionable. Esta realidad afecta no solo al pueblo venezolano, sino también a toda América Latina. Por eso te pregunto: ¿Qué papel crees que debe jugar Brasil en la crisis venezolana?
Gracias por leer mi artículo de opinión. ¡Hasta la próxima!
Diogenes Castellín
Secretario General
Encuentro Ciudadano Anzoátegui