Durante la rueda de prensa que este jueves dio el fiscal general, Francisco Barbosa, sobre el caso que involucra a Laura Sarabia y su exniñera Marelbys Meza, salió a flote el nombre de otra mujer que así como Meza fue chuzada por la Dijín de la Policía.
Por eltiempo.com
De ella aún no ha trascendido mayor información, pero se sabe que se llama Fabiola y que así como Meza, también trabajaba frecuentemente en la casa de Sarabia, jefa de gabinete del presidente Gustavo Petro.
Sin embargo, con el objetivo de interceptarla, en el informe que Barbosa señaló de ilegal esta mujer fue reseñada como alias La Madrina, quien supuestamente trabajaba para Wilmer Antonio Giraldo, alias Siopas, excabecilla de las Autodefensas Gaitanistas de Colombia o ‘clan del Golfo’.
El fiscal general detalló que la interceptación a ‘La Madrina’ y a Marelbys Meza, alias La Cocinera, empezó el 30 de enero de este año, un día después de que fue robado de la casa de Laura Sarabia un bolso con aproximadamente 4.000 dólares.
Según Barbosa, los números telefónicos de estas dos mujeres fueron incluidos irregularmente en un informe de Policía Judicial en el que en principio el objetivo era seguirles la pista a los negocios ilegales de ‘Siopas’ y sus tropas.
Es decir, “como la fiscal (que investigaba el hurto) no se prestó a interceptar a unas personas que le sugirieron, la Policía Judicial de la Dijín rápidamente produjo ese día un informe en el que incluyeron dos abonados telefónicos, de la señora Marelbys Meza; y de la señora Fabiola”, explicó el jefe del ente acusador en rueda de prensa en compañía de la vicefiscal Martha Mancera y otros delegados.
La interceptación a los dos teléfonos se tramitó desde Chochó hasta una sala de escucha de la Dijín, que está bajo el mando de la general Olga Patricia Salazar. En la diligencia estuvieron a cargo un grupo de patrulleros que registraron desde el 30 de enero hasta el 3 de febrero las dos líneas telefónicas.
Al quinto día, uno de los patrulleros reportó que por lo escuchado, a Marelbys Meza y Fabiola no se les notaban nexos con el ‘clan del Golfo’, por lo que se frenó la interceptación.
Este episodio -otro capítulo más del caso Laura Sarabia- fue calificado por el fiscal como una burla a la Judicatura, pues “no puede admitirse desde ningún punto de vista que estas prácticas de violación de derechos humanos de los colombianos sean aceptadas en Colombia. Lo que acabo de decirles a ustedes es tremendamente grave para la democracia colombiana”.
A la par de las medidas tomadas en el ámbito penal, que incluye llamar a interrogatorio a Laura Sarabia y al embajador de Colombia en Venezuela, Armando Benedetti, la Policía y la Procuraduría abrieron procesos a nivel interno para establecer qué hubo detrás de las interceptaciones ilegales, sobre las cuales el ministro de Defensa, Iván Velásquez, resaltó que debe conocerse quién dio la orden de hacerlo.