El caso que involucra a Laura Sarabia, exjefa de gabinete, señalada de usar el poder del Estado contra la exniñera de su hijo, Marelbys Meza, y su empleada de servicio toma ribetes cada vez más escandalosos. Lo que arrancó como la presión a una mujer para someterla a una prueba de polígrafo en un recinto gubernamental pasó ahora a involucrar también interceptaciones ilegales, así lo reseñó la REVISTA SEMANA.
El fiscal general de la nación, Francisco Barbosa, en rueda de prensa dada este jueves, reveló detalles escalofriantes de cómo se empleó el poder para investigar de manera irregular a una mujer humilde. A Marelbys Meza la hicieron pasar en un informe de inteligencia como miembro del Clan del Golfo, más específicamente al servicio de alias Siopas, un temido líder criminal, para interceptar su teléfono de manera ilegal.
Ante el escándalo, Petro no tuvo más opción que sacar del cargo a Sarabia, su mano derecha en estos diez meses de gobierno, y al embajador en Venezuela, Armando Benedetti, quien en los últimos días se vio involucrado en la controversia.
“Mientras se investiga, mi funcionaria querida y estimada (Sarabia) y el embajador de Venezuela (Benedetti) se retiran del Gobierno para que desde el poder que implican esos cargos no se pueda tener ni siquiera la desconfianza de que se van a alterar los procesos de investigación”, dijo el presidente al confirmar la salida de ambos funcionarios.
No obstante, a pesar de la decisión tomada por el mandatario, en los sectores de oposición no quedaron conformes y pidieron explicaciones sobre hasta dónde habrían llegado las chuzadas que envuelven al actual Gobierno.
“Nos informan que la única chuzada no es la niñera. Al parecer, estaban chuzados periodistas y líderes de la oposición al Gobierno. Vuelvo y pregunto: ¿Petro nos tienen chuzados?”, apuntó el excandidato presidencial Federico Gutiérrez, uno de los principales opositores de Petro.
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