En un acto de rebeldía canina sin precedentes, el peludo y travieso Firulais ha protagonizado un incidente que ha dejado a todos con el hocico abierto.
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Este intrépido perro, residente de la zona, decidió que la valla de Nicolás Maduro, colocada estratégicamente por la alcaldía de Coroní, en Ciudad Guayana, estado Bolívar, era el lugar perfecto para dejar su “marca” de descontento.
El canino, conocido por su personalidad audaz, aprovechó el momento para hacer un llamado a su causa, o al menos eso es lo que creemos que estaba intentando hacer.