Momentos antes de que un jet privado se estrellara en una zona rural y montañosa de Virginia anoche, un estampido sónico retumbó en lo alto.
Por Mirror
El estruendo ensordecedor fue causado por un caza F-16 que fue aprobado para viajar a “velocidades supersónicas” después de que el piloto de un Cessna Citation no respondiera, y las autoridades sugirieron que había caído inconsciente.
El boom fue diseñado para despertar al piloto y llamar su atención después del silencio de la radio.
A bordo del vuelo condenado estaba una madre y su hija de dos años, la niñera de la niña y el piloto de la nave.
Después de que se hundió, los investigadores registraron el lugar del accidente en una región montañosa cerca de Montebellow, Virginia, pero no encontraron a nadie con vida.
Aquí está todo lo que sabemos sobre el vuelo condenado y sus pasajeros.
¿Qué pasó?
Un avión privado Cessna Citation multimillonario dejó de responder a las señales de radio antes de estrellarse en una parte “escasamente poblada” del sur de Virginia alrededor de las 3 p.m. hora local del domingo.
La Administración Federal de Aviación de EE. UU. (FAA) le dijo a The Mirror que el avión había despegado del Aeropuerto Municipal de Elizabethton en Tennessee y se dirigía al Aeropuerto Long Island MacArthur de Nueva York.
Algunas fuentes han afirmado que en el momento del accidente, el Cessna estaba en modo de piloto automático.
Luego, se desplegó un avión de combate F16 de la Fuerza Aérea de EE. UU. para “viajar a velocidades supersónicas y es posible que los residentes de la región hayan escuchado un estampido sónico”, según el Comando de Defensa Aeroespacial de América del Norte (NORAD).
En un comunicado, NORAD agregó: “El piloto no respondía y el Cessna posteriormente se estrelló cerca del Bosque Nacional George Washington, Virginia.
“NORAD intentó establecer contacto con el piloto hasta que la aeronave se estrelló”.
El avión de combate, dijo NORAD, usó bengalas “en un intento de llamar la atención del piloto” del avión deshonesto.
El padre y abuelo de dos de las víctimas, John Rumpel, agregó: “Descendió a 20,000 pies por minuto, y nadie pudo sobrevivir a un choque a esa velocidad”.
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