“Las mujeres inteligentes aman a los hombres inteligentes más de lo que los hombres inteligentes aman a las mujeres inteligentes”, declaró alguna vez en una entrevista Natalie Portman. Posiblemente hoy en su cumpleaños número 42, una de las actrices más destacadas de Hollywood que se acaba de enterar de la infidelidad de su marido, esté revisando su pensamiento o, al menos, reflexionando sobre sus elecciones pasadas y futuras.
Cynthia Serebrinsky // INFOBAE
Hija única for export
Natalie Portman -en su documento Neta-Lee Hershlag, y Portman de elección por el apellido de soltera de su abuela paterna- nació el 9 de junio de 1981 en Jerusalén, Israel, pero fue nómada durante toda su infancia. Es la única hija de Avner Hershlag, un médico nacido en Israel, y Shelley Stevens, una artista nacida en Cincinnati, Ohio; ambos de ascendencia judía Ashkenazi.
“Mi abuelo era un judío polaco y socialista, y de joven ayudó a organizar campamentos especiales para enseñar agricultura a todos los jóvenes que se mudaban a Israel, donde en 1930 crearon el primer kibbutz”, contó Portman a Interview Magazine, y siguió: “Nací en Israel, en Jerusalén, y a los tres años nos mudamos a Washington. A los siete, nos mudamos a Connecticut, y luego, a los nueve a Nueva York donde vivimos desde entonces”. Según cuenta, Portman tuvo una infancia feliz, pero había algo que sentía que le faltaba: hermanos. “Soy hija única. Lo cual es un poco malo porque tener un hermano o hermana es como otra forma de amistad. Y eso es algo que me perdí”, explicó. Pero agregó que el lado positivo fue que tuvo mucha atención de su madre siempre, quien la ayudó a convertirse en la persona que es hoy. “Me han dejado bastante claro que creen que puedo ser genial. Si mis padres hubieran esperado menos de mí, no sería la persona que soy ahora. Y estoy muy feliz conmigo misma”, dijo a Cosmopolitan de Alemania.
A diferencia de muchos actores infantiles, la decisión de convertirse en actriz no le fue impuesta. Fue descubierta por un agente del departamento de marketing de Revlon en una pizzería a los 11 años, y desde ese momento ya supo cuál era su vocación, como recordó con Variety, “Fue entonces que empecé. Siento que hay algo en esa época en la que tienes un instinto sobre lo que realmente quieres hacer. No sé de dónde vino; nadie en mi familia es artista. Vengo de una familia muy académica, donde lo único aceptable era ser muy culto y educado, y buscar ser profesor, médico o abogado”. Y de hecho, incluso luego de que Portman alcanzara un éxito notable, su padre le sugirió que hiciera un posgrado.
Graduada de Harvard
Una carrera de actuación en Hollywood no requiere precisamente de un título universitario, ni de ninguna educación formal. Pero eso no le impidió a Natalie seguir una enseñanza de primera clase, como expresó a The New York Post, “También siento que soy un modelo a seguir positivo al no poner mi educación en espera. Voy a ir a la universidad. No me importa si arruina mi carrera. Prefiero ser inteligente que una estrella de cine”.
Portman fue a nada menos que a la Universidad de Harvard de 1999 a 2003, donde se matriculó con su nombre de nacimiento para mantener el anonimato pero sus profesores notaron que era una estudiante excepcional: se graduó con honores en psicología. En su tiempo en Harvard, la actriz estudió junto a muchas otras personalidades influyentes. En el 2002 dijo a Rolling Stone, “Mis compañeros aquí son muy exitosos. Lo que yo logré es sólo un tipo diferente de éxito, y ellos no lo ven necesariamente por encima de los suyos”. Tuvo que ser cuidadosa en caso de que algunas personas quisieran ser sus amigos por razones equivocadas. “Pero también hay mucha gente ambiciosa que quiere competir. Hay que tener cuidado con eso”, aportó a la revista la actriz, y continuó, “Creo que, especialmente en esos primeros años de universidad, mi cuerpo comenzó a cambiar mucho. Me aumentaron las caderas. Tu metabolismo cambia; no estás haciendo tanto ejercicio. Corrí atletismo durante un par de años en la escuela secundaria y también bailaba. Siempre estaba haciendo algo, pero en Harvard, realmente no te unes al equipo a menos que seas una estrella”.
No sólo es la primera alumna de Harvard que recibió un Premio de la Academia a la mejor actriz, sino que luego completó cursos de posgrado en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Según Insider, fue publicada dos veces en revistas científicas, y ya de chiquita sobresalía por su inteligencia al ser votada como “con más probabilidades de ser concursante de Jeopardy!” -un programa de televisión estadounidense al estilo de Los 8 escalones del millón (Canal 13)- en el anuario de su escuela secundaria.
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