A pesar de la inexistencia de la palabra “autosuicidio” en el Diccionario de la Real Academia Española, me voy a atrever a utilizarla, no solo por ser atribuida como el invento de un expresidente de Venezuela, sino porque al ser motivo de burla generalizada de la población en su momento, todo el mundo en este país entendió perfectamente a partir de allí que es lo que alguien pretende decir cuando la utiliza. Es como si fuera posible que alguien pudiera suicidarse dos veces. Y eso es precisamente lo que haríamos los venezolanos si le compramos de nuevo el paquete completo al régimen con su CNE y a la oposición oficial con su CNP.
Como en una obra burlesca donde se aplicaría un “autosuicido” electoral, la oposición oficial a través de su Comisión Nacional de Primarias (que nunca debemos olvidar que fue designada a dedo por los partidos de la oposición que desean fervientemente cohabitar con el régimen), a contrapelo de lo que el mundo civilizado ha señalado en relación con la tiranía que rige en Venezuela, que tiene controladas TODAS las instituciones para mantenerse en el poder, Y EN ESPECIAL LA INSTITUCIÓN ELECTORAL, considera que no se puede hacer una elección para escoger al candidato opositor sin utilizar los “servicios” del ente más controlado por el régimen, y esperar al mismo tiempo que ese candidato represente fielmente el sentimiento opositor de los venezolanos. Mayor entrega a la voluntad del régimen, imposible.
Lo anterior, al decir lo menos, podría considerarse un insulto a la inteligencia del venezolano. Presenciamos una obra que pasa ante nuestros ojos de manera indetenible, sin poder hacer algo para parar lo que sucede en el escenario, ni a sus actores. Somos testigos y a la vez dolientes de las consecuencias de una obra que no escribimos nosotros, todo lo contrario, la escribieron para nosotros, de acuerdo a los intereses de otros. Y lo peor que podríamos hacer en un contexto como ese sería colaborar mansamente, sin gritar, tomados de la mano, como un niño perdido, de un secuestrador que se lo lleva de un parque. Al menos veamos la obra y decidamos cada uno que hacer con eso:
El escenario de la obra
La Comunidad Internacional decidió por nosotros, desde la Declaración Conjunta de los EEUU, la Unión Europea y Canadá, del 25 de junio de 2021, que, “La solución pacífica a esta profunda crisis política, social y económica debe provenir del mismo pueblo venezolano, a través de negociaciones de amplio alcance impulsadas por los venezolanos en las cuales participen todos los actores interesados. Un proceso de negociación integral, con plazos concretos, debería posibilitar el restablecimiento de las instituciones del país y permitir que todos los venezolanos puedan expresarse políticamente por medio de elecciones locales, parlamentarias y presidenciales creíbles, inclusivas y transparentes” (ver Declaración EEUU-UE-Canadá: Declaración conjunta sobre Venezuela, en https://www.state.gov/
De esta declaración se desprende que estos países, en conjunto con la dirigencia política opositora que dejó de representar a los venezolanos porque ese mandato no se ha renovado, han decidido, por los venezolanos, que unas “elecciones locales, parlamentarias y presidenciales creíbles, inclusivas y transparentes” con Nicolás Maduro Moros ejerciendo ilegítimamente el poder en Venezuela, posibilitarían “el restablecimiento de las instituciones del país”. Mayor contrasentido es imposible. Pero esa es “la narrativa” que prevalece en el mundo, impulsada activamente por los partidos políticos de la oposición oficial; y que se le está aplicando a Venezuela, en perjuicio de nuestra realidad presente y futura, por lo que se hace indispensable cambiarla.
Esta declaración fue renovada en la reunión de Alto Nivel sobre Venezuela el 15 de febrero de 2022 donde igualmente una Comunidad Internacional liderada por los EEUU (Alemania, Australia, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, España, Francia, Italia, Japón, Nueva Zelanda, Panamá, Paraguay, Portugal, Suecia, el Reino Unido, la República Dominicana y la Unión Europea, además de los EEUU redactor del comunicado) partieron de unas falsas premisas al abordar el problema venezolano (ver Las falsas premisas de la Comunidad Internacional, en https://ticsddhh.blogspot.com/
Con base a estas falsas premisas, al parecer escritas en piedra, ha girado todo el quehacer político venezolano desde ese momento, al punto de que independientemente que el régimen se haya parado de la mesa de negociaciones en México, vamos rumbo, indefectiblemente, a un proceso electoral con el régimen y con el beneplácito de la “oposición”, en las mismas o peores condiciones que se han tenido siempre con un Poder Electoral secuestrado.
Primer Acto
La Comisión Nacional de Primarias, CNP, informa el 2 de junio de 2023 a la opinión pública “Sobre la solicitud de asistencia técnica al CNE” (ver twit de @cnprimariave, Comisión Nacional de Primarias sobre la asistencia técnica al CNE, en https://twitter.com/
Luce pertinente la preocupación legítima de que el régimen maneje la información de los opositores venezolanos, y la posible creación de otra “Lista de Tascón”, ya no recopilada por el régimen, como en el pasado lo hiciera ese lamentable engendro, sino por nosotros mismos a través de una elección que maneje el régimen con el CNE y sus máquinas, a través de una CNP a su servicio, y esta vez CON COBERTURA INTERNACIONAL.
Sin embargo, ese no es el centro del problema. El verdadero centro está en que los venezolanos cometamos la torpeza de entregar nuestros datos en cualquier lugar de Venezuela y el mundo, cuando es una realidad ante nuestros ojos que los partidos negociaron con el régimen a través de esa Comisión de Primarias para manejar la elección del candidato opositor. Técnicamente, al firmarle ese contrato al diablo electoral, este tendrá acceso a cualquier dato de cualquier venezolano en cualquier lugar del mundo que se registre.
Es importante señalar en este punto que ya algunos actores están comenzando a levantar datos de los venezolanos sin poseer ninguna autoridad legítima para eso, incluyendo la misma CNP, lo que constituye en sí mismo una irregularidad. Ya el propio CNE por su condición de autoridad ilegítima del país, al ser designado por una Asamblea Nacional espuria y no reconocida, no puede hacerlo, hasta que exista en Venezuela un Poder Electoral Legítimo, y menos aún una Comisión de Primarias cuya única existencia deriva de unos partidos que perdieron la representación popular. Nadie, léanlo bien, nadie puede atribuirse el derecho de levantar por cuenta propia y por cualquier medio datos de los venezolanos, si no es una autoridad legítima del país.
Lo que la CNP está haciendo con ese documento publicado el 2 de junio de 2023 es salvaguardar su responsabilidad posterior para decir que el CNE les “garantizó” la confidencialidad de los datos y que fueron “engañados”, cuando aparezca un nuevo instrumento de persecución política. El régimen utilizará esa información para sus fines de poder, pasando por encima de cualquier promesa. Si no, que se lo pregunten a quienes persiguieron, humillaron y despidieron de la Administración Pública por haber firmado en contra de Hugo Chávez, o a cualquier venezolano que no pudo hacer ningún trámite al que tenía derecho (desde sacar una cédula), porque supuestamente estaban legalmente “protegidos” por la confidencialidad que debe garantizar el Estado a cada ciudadano de este país.
Segundo Acto
Ante la abierta presencia del régimen en las primarias opositoras a través de la combinación del CNE y la CNP, con el uso de sus máquinas, captahuellas incluidas, los precandidatos deberán establecer su aceptación o no a ese hecho. Pocos de ellos han tenido una posición sobresaliente en el rechazo a la presencia del CNE y sus máquinas en el proceso, en especial quien va adelante en las encuestas. Pero la mayoría no tiene problemas con esa grave situación, lo que corrobora lo que siempre hemos indicado en esta modesta tribuna: esa “oposición” no está interesada en sustituir al régimen, sino en convivir con él, bajo la tesis despreciable de que es preferible compartir pequeños “espacios” hasta que la situación “mejore”. Los cubanos tienen ya 63 años esperando eso y allí todavía hacen “elecciones” que el régimen cubano siempre gana. ¿Por qué será?
Si esos pocos precandidatos deciden continuar haciéndole juego al circo bajo esas condiciones, estarían cometiendo un “autosuicidio” en los términos descritos. Los precandidatos del resto de los partidos que organizaron esa CNP, no desean confrontar al régimen como Venezuela lo requiere, por lo que un resultado con cualquiera de ellos será del agrado de los delincuentes que controlan el poder, y que estarán felices de levantarle la mano al candidato del régimen en el 2024, como lo hicieron Rosales y Capriles –este último dos veces- en su oportunidad, a pesar del abierto fraude electoral cometido en contra de ellos y los venezolanos por ese CNE al que ahora están abrazando.
En todo caso, si la CNP hipotéticamente se “alzara” por cualquier razón no prevista, en contra de los intereses del régimen, siempre estará el Recurso de Amparo introducido por sus agentes en su TSJ para obligar a que esas primarias se realicen bajo el control del Poder Electoral. Esa gente no da puntada sin dedal y actúa con ventaja sobre seguro.
Tercer Acto
Una vez asegurado el control del CNE a las primarias “opositoras”, se procederá a “seleccionar” el candidato “opositor” más cómodo para el régimen el próximo 22 de octubre, con la masiva participación de los venezolanos, en Venezuela y en el exterior.
Como en este momento se está precisamente decidiendo como será técnicamente ese proceso, ningún precandidato se ha retirado y a través de una campaña mediática masiva, en Venezuela y el exterior, se está convenciendo a los venezolanos que acudan masivamente para que ese candidato de la oposición oficial electo, este lo más fuertemente respaldado. Por eso alargan lo más posible la decisión de la participación del CNE en el proceso. Y si los candidatos mencionados opuestos al CNE no se retiran, muchísimo mejor. ¿Quién podría decir entonces que la “oposición” venezolana no estuvo de acuerdo de que el sistema electoral del CNE, “el mejor sistema electoral del mundo”, no produjera al mejor candidato posible para enfrentar al régimen?
Y listo. Agradezco a quienes han tenido la paciencia de leer hasta aquí esta nota necesariamente larga. Toda la obra está ya lista para el cierre, las elecciones presidenciales en el 2024 –o antes- controladas por la tiranía, desde el comienzo hasta el final. ¿Cabria la posibilidad de que alguno de esos precandidatos que se oponen al CNE obtenga la victoria? Nada más lejano a la realidad, aunque ellos crean que por tener los mejores números en las encuestas, el resultado será a su favor. ¡No olvide quien cuenta los votos! El régimen se encargará con sus aliados del G4 en la CNP de que pierdan en contra del precandidato escogido, por un porcentaje muy bajo. Tienen las máquinas y el Registro Electoral para eso, como lo han hecho en otras oportunidades.
De esta manera, la Comunidad Internacional que desea “elecciones” en Venezuela como salida al problema político estará satisfecha del proceso de primarias, a la espera por legitimar al vencedor en el 2024, para salir del enojoso asunto de un régimen no reconocido y regularizar las relaciones con Venezuela, con la esperanza de que poco a poco los venezolanos dejen de emigrar y joderles la vida a los ciudadanos de sus respectivos países.
Pero la vida no es así de fácil. Legitimar la tiranía de Maduro no se logrará a través del mecanismo electoral que él mismo controla. No se detendrá la miseria de los venezolanos, al contrario, aumentará, incrementando con ella las migraciones, porque su causa fundamental es la presencia del mismísimo régimen narco terrorista en el poder, y que les hará metástasis en cada uno de sus países, al haberles dado la legitimidad y los recursos que eso conlleva. Y todos perderemos, ellos y nosotros, alargando la situación.
Ante la realidad que se nos presenta de una situación que parece indetenible, ¿qué podemos hacer? Al menos dos cosas: lo primero es estar consciente de lo que está pasando, porque pareciera que todavía hay mucho ingenuo creyendo que los pajaritos llegan por cesárea, buscando desesperadamente donde “inscribirse” para votar en Venezuela y fuera del país, en unas primarias organizadas por mampuesto por una tiranía que ha dicho hasta el cansancio que no dejará el poder de ninguna forma. ¡Por favor! ¿Qué nos pasa a los venezolanos?
Lo segundo sería volver a explicarles las veces que sea necesario, a quien sea y como sea, fuera de Venezuela, a esa Comunidad Internacional, que tiene esa famosa “narrativa” que pregona que hacer elecciones con una tiranía controlando los votos, que hay que sacar el sistema electoral de Venezuela para que pueda ser posible cualquier elección libre, justa y verificable, y que se requiere para eso de su ayuda y toda la colaboración internacional posible para lograrlo. Que hay que conseguir convencerlos de que NO SEA el régimen y sus máquinas los que decidan el futuro de los venezolanos, sino un árbitro internacional en el que todos podamos confiar. Si logramos eso, tal vez, solo tal vez, no cometamos nuevamente otro “autosuicidio”…
Caracas, 8 de Junio de 2023
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