Un grupo de organizaciones no gubernamentales de Táchira alzaron su voz para recordar que la crisis que azota a la región, tras las malas políticas económicas tomadas durante más de dos décadas, han generado una grave y generalizada de corrupción institucional en el estado.
Por Anggy Polanco / Corresponsalía La Patilla.com
Durante la declaración conjunta, los voceros recordaron que la entidad fronteriza atraviesa por una aguda escasez de combustible, constantes fallas eléctricas, presencia de grupos armados y bandas criminales que el Estado no ha podido controlar.
Aunado a ello, la población se enfrenta a una desconexión de los liderazgos políticos con la realidad social del país, lo que ha generado apatía y desconfianza en la sociedad civil.
Omar Vergel, miembro de la organización Médicos Unidos, refirió que seguirán alzando la voz frente a la inconformidad por la deficiente prestación de servicios públicos como el agua, la telefonía, el transporte y la internet. “No podemos quedarnos de brazos cruzados, es momento de exigirle al Gobierno que cumpla con su responsabilidad”.
Instó a asumir el rol como ciudadanos sobre quien recae el cambio del país, y no esperar que una potencia extranjera actúe, por más aliada que sea. De allí que resaltó la importancia de unirse como venezolanos.
Las organizaciones exhortaron a los candidatos de oposición a presentar un acuerdo de gobernabilidad que genere credibilidad y confianza, lo que generará un cambio en todos los ámbitos sociales.
Una ciudad de paso de migrantes
Edna Ramírez, representante del Sindicato de Empleados de la Alcaldía de San Cristóbal, expuso que Táchira se ha convertido en una ciudad de tránsito de migrantes que buscan salir del país, hecho que no se ha detenido. De allí que es crucial que se tomen medidas para que no afecte a la estabilidad del ciudadano, así como para el apoyo de las personas que huyen de la crisis, sobre todo luego de la falta de políticas en materia salarial en el sector público.
Esto ha dado pie a que sigan quedando muchas mujeres solas en Venezuela que han tenido que tomar el rol de cabeza de hogar, así como muchos ancianos que quedan desamparados y terminan muriendo en sus hogares sin atención.
Ramírez enfatizó que la apertura de la frontera no ha sido beneficiosa para el Táchira, sino para el Norte de Santander.
“No podemos ser indiferentes, no podemos seguir normalizando lo irregular y deficiente, no podemos seguir pensando que es normal que nuestros familiares se vayan”, dijo.