Benigna Acosta está rodeada de funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), de la Guardia del Pueblo, también de algunos curiosos y familiares. No lleva zapatos, tampoco cholas, un pequeño tronco en el piso es su silla desde donde mira ir y venir personas.
Pableysa Ostos // Corresponsalía lapatilla.com
Su casa se cayó en una cárcava este domingo 18 de junio tras más de tres horas de lluvias que azotaron a Ciudad Guayana. Su vivienda albergaba a más de tres familias, que tenían años denunciando la gravedad y peligrosidad en que estaban inmersas.
Los niños van y vienen sin entender aún lo que pasa. Sobre algunas tablas de lo que quedó de una cama, una de las pequeñas está jugando. Perdieron todo.
“Necesitamos casa, todo lo perdí. Ve lo que quedó, ese poco de basura. Algunas cosas mojadas y sucias fue lo que quedó y esa media pared. Porque aquí no hemos recibido nada, porque ni siquiera una carpa, entre ese pocotón de gente, ni unas sillas, no han hecho nada”, denunció la mujer.
Sumó que “lo que hacen es foto y foto, pero no hacen más nada. Vienen solo a ver si nos morimos o estamos vivos. Van a esperar que nos hundamos dentro de la quebrada para podernos ayudar, será a darnos urnas”.
Esta es tan solo una de las 12 viviendas que están en riesgo en el sector de Pinto Salinas, en San Félix.
Otra vecina, Yolanda Marcano, relató: “Tenemos dos meses en un refugio. No nos dan esperanza. Aquella casa se fue ayer (domingo 18 de junio), ya viene la mía. Ya no queremos refugios. Queremos soluciones rápidas. Que más vamos a seguir esperando. Le agradecemos a Marcano (el gobernador), porque nos ha dado la ayuda, pero nosotros no queremos una bolsa de comida, queremos casa, que no ubiquen”.
Admite que cuando vio caer la vivienda de su vecina “lo que me dio fue una crisis horrible, que yo lo que hacía era gritar, llorar y llorar. No sé de dónde saqué fuerzas, pero yo lo tenía que hacer, publicar, que es el video que anda ahorita rodando”. En el audiovisual se ve cómo la casa cae en la cárcava que lleva más de 10 años formándose.
“Por el momento, yo estoy sola en mi casa, porque mi hijo está trabajando. Estoy sola, y me da un temor. No duermo, me la vivo con dolor de cabeza, estresada, con el miedo de que pase algo, y no soy yo sola, somos varias familias”, sumó Marcano quien tiene 47 años viviendo en el sector.
Una permanente angustia
Julia tiene 78 años. Durante este tiempo ha visto pasar gobernantes, técnicos de Protección Civil (PC) y otros funcionarios más, pero sin respuestas. Junto a ella vive su hija, María Arteaga, y su nieto de 15 años.
Julia solo pudo decir que al caer la casa este domingo, sintió mucho miedo.
Su hija relató que están en el refugio desde hace más de un mes. “Recibimos las visitas de ellos constantemente, pero eso ya ido avanzando. Qué más le queda a uno, uno vive nervioso, esperando respuestas, pero queremos la pronta respuesta de las viviendas. Miren cómo está mi mamá, uno no puede vivir en estas”.
“En el refugio no tenemos para cocinar, igualito tenemos que venir a nuestras casas. La solución es nuestra vivienda, o qué van a esperar para darme una vivienda y ya. Mi mamá no está, porque le pasó algo a causa de los nervios. ¿Qué voy hacer yo con una vivienda si a mi mamá le pasa algo?”, preguntó Arteaga.
Varias familias están en una iglesia que funge como refugio desde el pasado 25 de abril. “Cuando se presentó la lluvia, estábamos en la casa cocinando y no pudimos regresarnos al refugio. Mi mama vio cómo se cayó todo eso”.
Promesas gubernamentales
Por su parte, el gobernador del estado Bolívar, Ángel Marcano, se trasladó hasta la zona afectada y afirmó que hay 12 familias afectadas en Pinto Salinas, San Félix, las cuales serán “reubicadas a viviendas esta misma semana”.
Agregó que en el caso de Los Arenales, también en San Félix, no requieren reubicación, según Marcano.
Las lluvias también causaron estragos en el sector Las Delicias, la vía cedió, y este lunes el paso hacia el centro de San Félix por la avenida Gumilla, estaba cerrado. En el sitio quedó a un lado una cinta que habían colocado en la “zona de peligro” en abril, la cual se extendió este domingo 19 de junio.
“No solo afecta lo que es la avenida Gumilla, porque esto con la crecida del río va ser un problema más grave para los vecinos, porque esto genera también enfermedades como paludismo, dengue, entre otros. Es algo fuerte para la comunidad”, detalló un habitante del sector.
También destacó que son unas 20 viviendas las afectadas, pero son más de 40 familias, porque cada casa alberga hasta cinco familias. Es grave la situación que se está viviendo acá. Nuestro llamado es a los entes regionales para que se aboquen y nos den respuestas”.
Años en alerta
El representante de la Asociación Civil Gente Para Servir Caroní (GPS Caroní), Simón Yegres, destacó que las cárcavas tienen años, en diferentes dimensiones y en distintas partes de la ciudad.
“Están ubicadas, están cuantificadas. Hace tiempo superamos las 70, basado en el informe presentado por Protección Civil (PC). Los organismos oficiales en 2015 afirmaban que habían 64, de las cuales cinco estaban activas. Desde ese momento hasta acá, nuestra ONG ha estado monitoreando el asunto, lo cual nos hace ver el altísimo riesgo, nos muestra la vulnerabilidad y que no somos lo que estuvimos creyendo durante mucho tiempo de que somos el Macizo Guayanés”, comentó Yegres.
Agregó que las cárcavas tragan, hay derrumbes, deterioran la vía, ponen en peligro la estabilidad de viviendas y la vida de las personas, y la cantidad de cárcavas que existen frena el crecimiento de la ciudad. “Tecnológicamente las soluciones no son las mismas para todas. Cada una tiene su peculiaridad y depende del tipo de suelo, el entorno que tiene, donde está ubicada, entre otros factores”.
Soluciones aplicables
Yegres planteó que entre las soluciones hay tener claro que ya la situación no puede esperar más y que las dimensiones de las cárcavas son muy grandes, y que el costo para resolver es muy alto. Por eso propone, en primera instancia, crear una oficina que se encargue solo de atender las cárcavas de la ciudad, con equipo y recursos.
También se debe desarrollar un plan presupuestario, el cual abarque un perfil geológico de la ciudad hasta la ejecución de la intervención para esas cárcavas. “Son muchos años ya, esto ha ido creciendo, amerita planes urgentes y certeros. Diseñar un plan, hacer un presupuesto coordinado, porque quizás se requiera buscar recursos fuera del país. Haciéndose el loco, no se va a resolver. Por el contrario, se va agravar más si no se hace con la seriedad que corresponde”, agregó Yegres.
En 2013, la gobernación del estado encabezada en ese momento por Francisco Rangel Gómez, afirmaba la existencia de 62 cárcavas. Bajo la gestión de Gómez y José Ramón López (alcalde de Caroní para ese entonces), solo hubo la intervención de la cárcava Churún Merú, en Alta Vista, a la altura del Hospital Uyapar.
Gobiernos han ido pasando, presupuestos han sido aprobados y la situación sigue siendo un riesgo altísimo para las más de 300 familias que viven cerca de estos grandes cañones que se han venido formando en Ciudad Guayana con el pasar de los años.