Hay una escena famosa, convertida hasta en un meme en redes sociales, de la serie alemana llamada “Dark”, donde un anciano sentado en una butaca repite sin cesar: “va a suceder otra vez ”, “va a suceder otra vez”.
Y justamente de esa forma estamos todos los venezolanos repitiendo “va a suceder otra vez”, refiriéndonos a la agudización de la crisis de combustible en todo el territorio nacional.
La falta de gasolina no es solamente un problema fronterizo, o de los estados centrales, por el contrario es una problemática real en todo el territorio venezolano; en pocas palabras no hay gasolina en ninguna parte.
Nuevamente la refinerías están paralizadas, nuevamente el país con las mayores reservas petroleras del mundo está paralizado por falta de combustible, como ellos mismo dicen “solo en socialismo”.
Sí, sólo en socialismo ocurre que el país más rico en hidrocarburos se quede sin una gota de gasolina, y no sólo se trata de la carencia de este tipo de combustible, pues tampoco tenemos gasoil y es tremenda la dificultad para conseguir, entre otras cosas, gas doméstico.
El socialismo es atroz; el socialismo es la fábrica más grande de ineptitud, incapacidad, corrupción y hambre.
El socialismo es capaz de destruir todo lo bueno que existen en la humanidad y capaz de construir todo lo malo que puede existir en sociedad alguna.
Las colas para recargar gasolina en las estaciones de servicio es una realidad en los estados petroleros como Zulia, Anzoátegui y Monagas, y, que podemos esperar –si esto ocurre en la cuna petrolera nacional– que pueda suceder en los estados no petroleros.
La crisis de combustible en el llano, en los estados centrales, y en el occidente de la nación terrorífica. Y no tiene explicación de ninguna índole, pues desde hace mucho tiempo se les acabó el discurso del saboteo, la excusa del bloqueo, y ni hablar de los argumentos fútiles de iguanas, zamuros o roedores.
Los magos del socialismo pulverizaron la capacidad de producción y refinación de crudo. Y, además de desmantelar la industria petrolera, la saquearon y ellos mismo lo han confesado al señalar como corruptos a sus compañeros de partido como son Rafael Ramírez y recientemente el círculo íntimo de Tareck el Aissami.
La única forma que tenemos los venezolanos para recuperar nuestra industria emblemática es con la llegada al poder de un nuevo gobierno y de un nuevo sistema socio-político y económico, y esto implica el ascenso al poder de María Corina Machado.
La líder liberal venezolana es la única capaz de construir algo distinto, ella, con el apoyo de técnicos e intelectuales, puede crear o levantar una nueva economía nacional realista, y centrada en las grandes soluciones que los venezolanos esperan.
Si PDVSA sigue siendo socialista terminará totalmente enterrada; es por ello que necesitamos una empresa adaptado a las necesidades reales de los venezolanos y eso implica ajustes en su dirección, en su organización, y en el modelo de negocio actual.
Quiero decirles a los que sufren por la escasez de gasolina que la única forma de superar la gravísima situación actual es haciendo a María Corina Machado la presidente de todos los venezolanos.
Vamos a confiar en ella.