En Venezuela, decenas de voluntarias de diferentes profesiones se unen para dar una segunda vida a peluches y juguetes usados.
Por Álvaro Algarra / vozdeamerica.com
El hilo de coser, las agujas, tijeras, pinzas y demás instrumentos se posan sobre la ‘mesa de operación’. Un sol brillante la ilumina y funge de lámpara para la próxima cirugía.
Pero esta peculiar sala de operaciones no está en el interior de un hospital o una clínica, sino en una vivienda en medio de un jardín boscoso ubicado en Caracas, relató Lilian Gluck, fundadora Hospital de peluches: “todo niño en condición vulnerable, puede ser condición vulnerable educativa, económica, psicológica, física, merecen tener un peluche en buen estado”.
El hospital ha entregado cerca de 47.000 peluches a los niños más necesitados.
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