Decenas de habitantes de Rostov, en el suroeste de Rusia, ovacionaron el sábado por la noche al grupo mercenario Wagner frente al cuartel militar que sus milicianos habían ocupado por la mañana.
Reunidos en el centro de la ciudad, numerosos habitantes grabaron con sus teléfonos a los combatientes del grupo paramilitar, aplaudiendo y coreando su nombre, constató un periodista de la AFP, en el momento en que se preparaban para marcharse, tras el anuncio de retirada de su líder.