Nuestro psicópata principal, reúne todos los rasgos de esta anomalía, de allí su capacidad para el mal, rodeándose de personas similares, conformando una estructura de delincuencia organizada, que hasta exportan a otros países.
En este grupo es común, observar su conducta antisocial, reflejada por ejemplo en las torturas a los presos políticos y militares, demostrando ser personalidades crueles, sin remordimiento.
En un trabajo científico sobre el tratamiento de delincuentes organizados, los investigadores Demelsa Hernández y Mar Pastor, asumen la definición de psicópatas como: “individuos discrepantes y manipuladores, responsables de agresiones sistemáticas. Se muestran crueles, impulsivos, agresivos, insensatos, sin una vida emocional real y sin evidencias que demuestren el padecimiento de una enfermedad mental”.
Este grupo alrededor del tirano, recibe sus órdenes sin contrapeso y la ejecutan satisfaciendo sus fantasías criminales.
El psicópata principal, escoge a sus colaboradores de idéntico perfil, con características clásicas, de manual:
1.- El Doctor Simón Barón-Cohen, señaló que estos personajes “tienen empatía cognitiva, pero no emocional y por ello no les provoca malestar el sufrimiento de los demás”.
2.- Se creen superiores a todo el mundo. Su narcisismo es del tamaño de un océano.
3.- Pretenden ser encantadores, chistosos, seductores, mientras el odio circula por la sangre.
4.- Esconden el temor, el miedo, pero en realidad este es muy fuerte. Se notan los impulsos cada vez más claros a la violencia social.
5.- Sus actos son anárquicos. Odian la organización y la planificación. Presentan supuestos planes que son un decálogo de falsedades. Gran facilidad para ignorar lo que se dijo antes. De allí, un país sin rumbo cierto y sin saber que ocurrirá mañana.
6.- Evadir la realidad, arma favorita para la manipulación.
7.- No sienten culpabilidad por el daño causado. Desconocen el remordimiento.
Observando a este personaje, el profesor Taylor, tendría material para varios tomos.