Abrazada por una densa vegetación y enormes edificios, así se encuentra la afamada “Laguna Negra de La Bonita”. Sus oscuras aguas y enigmática tranquilidad aturden a más de uno en pleno municipio Baruta. Dicen que hace 60 años fue una cantera, pero una fuerte inundación formó esta asombrosa fosa. Desde entonces, han ocurrido hechos espeluznantes que desencadenan una gran interrogante: Realmente, ¿cuál es el misterio que envuelve este lugar?
No es un secreto que muchas personas han perdido la vida en aquel tenebroso lago. La aparición de una desconsolada novia vestida de blanco que se pasea en la orilla, niños que espantan a algunos visitantes, una antigua retroexcavadora en su interior, son algunas de las leyendas macabras que nos ponen la piel de gallina. La Patilla conversó con el periodista Elías Rodríguez para conocer la verdadera historia detrás de un destino tan impresionante y al mismo tiempo letal.
Por: Elizabeth Gutiérrez | lapatilla.com
Elías Rodríguez Azcárate es un audaz periodista, productor audiovisual, viajero y defensor incansable de los tesoros que nos rodean. Su experiencia es la brújula que guía sus pasos, Con mochila en mano, dedicación y profesionalismo explora los misterios de la naturaleza y lleva consigo una pasión inquebrantable por el turismo venezolano. Uno de sus últimos contenidos para plataformas digitales nos llevó a la singular Laguna Negra de La Bonita, ubicada en el municipio Baruta del estado Miranda.
Paraje “encantado”
Con un tono inspirador y una voz llena de entusiasmo, Azcárate, baruteño desde la cuna, relató cómo este escenario natural capturó su atención desde que era un niño. “La primera vez que vi la laguna fue en esos años en que estaba yendo al colegio”, contó. “Pasábamos justo por donde está La Bonita y ahí se veía la laguna desde arriba”.
Desde entonces, se despertó la curiosidad de Elías y no tardó en emprender una búsqueda de conocimiento sobre la formación de este paraje. Con el paso del tiempo, descubrió que la Laguna Negra fue una cantera en los años 60.
“Una de las máquinas perforó una veta de agua subterránea y se inundó, como suele ocurrir con las canteras”, explicó. Este fenómeno no es exclusivo de este rincón venezolano, ya que existen ejemplos similares alrededor del mundo. Azcárate, quien ha ampliado su perspectiva al viajar por diversas tierras, mencionó un espacio similar que encontró en Chile, país al que migró hace 5 años.
“Hay una laguna llamada Las Canteras de Deuco, al sur de Chile, que actualmente tiene dos pozos, uno que es privado, donde pagas un acceso y lo tienen perfecto. Puedes entrar ahí, hacer kayak, hacer pádel, es todo natural y bien organizado. Otra parte que está abierta al público, puedes bañarte, pero como todo, ha habido muchos accidentes, personas que se lanzan desde muy alto y han muerto al chocar contra las rocas. Tuve la oportunidad de visitarlas, así que de primera mano puedo decir que existen y que es un lugar maravilloso”.
El testimonio directo de Elías nos permite embarcarnos al corazón de esta fascinante historia natural. Su descripción tan vívida nos traslada a las cercanías de esta laguna y plasma en nosotros una imagen poco usual que contrasta con los paisajes que acostumbramos a frecuentar en la Gran Caracas.
“A mí siempre me ha parecido como el cráter de un volcán, porque tiene estas formaciones rocosas a su alrededor, producto de lo que excavaron las máquinas en la cantera y se creó esta especie de cráter donde actualmente está la laguna. Se encuentra rodeada por uno de sus lados de estas rocas gigantescas y una montaña, y en el lado opuesto por los edificios que construyeron ahí, justo en la orilla”, dijo.
Sin embargo, lo que más le llama la atención es su privilegiada ubicación, a pesar de contar con todo el bullicio de una urbe en el que transitan a idas y vueltas miles de caraqueños. “Ese lugar natural ahí, prácticamente virgen, a mí siempre me ha atrapado (…) es un lugar que todos podríamos disfrutar estando en el medio de la ciudad prácticamente. En una tarde cualquiera después del trabajo, podría ir para allá a relajarse, bañarse un rato o a disfrutar simplemente de la naturaleza”.
Leyendas de la Laguna Negra
Misterios y fantasías también envuelven a la Laguna Negra de La Bonita. Entre los relatos, destaca la historia que involucra a una joven desolada por el abandono de su prometido el día de su boda. Tras la devastación y el duelo que la embargaba, la afligida mujer se acercó sigilosamente a uno de los extremos de la laguna. Por su mente, maquinó el tiempo que vivió enamorada y a medida que el desconsuelo se hacía más fuerte, las sombras se cernían sobre ella hasta que los pensamientos nocivos la empujaron hasta el fondo de la laguna y su respiración se detuvo.
Estas afirmaciones se convierten en mitos urbanos que trascienden generaciones, al unir lo desconocido con la imaginación del pueblo. No obstante, ninguna de estas leyendas ha tenido fundamentos sólidos. Elías compartió estos cuentos populares, pero siempre con suspicacia. Uno de estos relatos asegura la presencia de algas traicioneras que atrapan a los incautos visitantes.
Las narraciones fantasiosas podrían ser el resultado de vivencias distorsionadas por el consumo de alcohol o drogas de algunos imprudentes que se aventuran en este rincón traicionero. Otro de los rumores, habla sobre la extraña aparición de niños que se sumergen a lo profundo y no regresan a la superficie.
Pero esto no termina aquí, algunos se atreven a comentar que tres trabajadores perdieron la vida al caer junto a una retroexcavadora hacia el fondo de la laguna, a más de 30 metros de profundidad. Se dice, que la máquina sigue allí y que las almas de los operarios deambulan para aterrar hasta el más incrédulo.
La magia de la Laguna Negra se expande a través de otro mito desmentido por Elías: El temor de ser “chupado” por la laguna. Negó que en este lugar existan corrientes subterráneas que ahoguen a las personas.
“Conozco a dos buzos profesionales que se han cansado de meterse en la laguna, incluso hay una de ellas que me dice que la laguna se ha sedimentado abajo y ya no tiene 30 metros de profundidad, sino que llegaron a un máximo de 12 metros de profundidad y que consiguieron cualquier cantidad de basura, incluso una camioneta enterrada en el fondo. Ella me dijo: ‘Elías, no hay corrientes que te jalen ni nada porque sencillamente nosotros no hubiésemos podido hacer todas aquellas inmersiones’”.
Elías confesó que nunca ha sido testigo de ningún evento paranormal. Estos relatos, más que una realidad tangible, parecen pertenecer al vasto universo de las creencias populares que, sin duda, enriquecen el folclore local, quizás como una medida para alejar a bañistas inexpertos que puedan sufrir una mala jugada del destino.
De la ficción a la realidad
Los lugareños afirman que muchas personas, especialmente jóvenes y niños, acuden a la zona rodeada de vegetación para recrearse. Así como también es cierto que varios cuerpos han desaparecido en esta enigmática fosa de agua. Hasta el momento, se desconoce con exactitud la cifra oficial de cuántos han perdido la vida en el lugar. “Sin entrar en especulaciones ni en leyendas, sí han muerto muchas personas ahí”, argumentó Elías.
Hay opiniones divididas en torno a los fallecidos. Algunos culpan a la imprudencia y otros se aferran cada vez más a la creencia sobre la presencia de espíritus que acechan a la Laguna Negra de La Bonita. “Obviamente, si tienes un lugar así, un cuerpo de agua a libre acceso donde no hay ningún tipo de leyes ni reglas ni seguridad, van a ocurrir cosas, van a ocurrir accidentes”.
Elías aseguró que no es un sitio peligroso, pues consideró que se convierte en una amenaza cuando no existen precauciones al momento de visitarlo, como la inmersión errónea al lago y la falta de supervisión después de tantas tragedias.
“Hay jóvenes y niños que probablemente no saben nadar. Muchos de ellos van porque por ahí queda un barrio que se llama Las Minas, y los niñitos se van hasta allá con animes y los usan como tabla para flotar. Pero si uno de esos pequeños no sabe nadar, el anime se sale, se le va para otro lado y él queda sin el anime flotando, ahí ocurre una desgracia. Entonces, la laguna en sí no es peligrosa, el tema es que no se le da un uso adecuado, controlado ni vigilado”, agregó.
El viajero expuso la necesidad imperante de proteger este espacio natural único en la capital. “Necesita preservación, conservación, cuidado, vigilancia, respeto y organización porque es un lugar que ya se ha comprobado que las personas quieren utilizar”.
La desorganización y la falta de un plan adecuado es lo que ha llevado a que varias personas hayan perdido la vida en este paraje. Para el comunicador venezolano es necesario que existan medidas oportunas para evitar que más tragedias ocurran en el futuro.
Un proyecto innovador
Ante las críticas y preocupaciones sobre la seguridad, Elías propuso una solución cautivadora. “Lo que yo quería era generar un espacio de debate en el cual nos cuestionáramos cuál sería el mejor destino para este lugar”, expresó. “No hace falta mucho, sencillamente reunir a las personas indicadas entre los que saben de biodiversidad, naturaleza, ecología para causar el menor impacto posible”.
Y en su afán de despertar la conciencia colectiva, expuso sus ideas enérgicamente en el video donde proporcionó un pequeño vistazo a la Laguna Negra. “Hablé de un restaurante, hablé de clases de paddle board, de cualquier cantidad de cosas, pero eso eran sencillamente ideas. Lo que quería era que las personas se dieran cuenta que este es un lugar que está generando problemas, más que entretenimiento y momentos agradables y felices para la comunidad”.
Pero nada de esto puede pasar, sin antes realizar análisis exhaustivos para asegurar un desarrollo sostenible que también resguarde la salud de las personas que ingresen a este recinto. Aunque Baruta es un municipio pequeño, la opinión de los vecinos cuenta y son ellos quienes deben ser los principales promotores de cualquier iniciativa que se pretenda adaptar en la Laguna Negra. “Deberían estar de acuerdo, porque es algo que más bien les genera un plus a su urbanización”, manifestó.
En última instancia, el viajero venezolano instó a aquellos con los recursos y conocimientos necesarios a tomar acción. “Lo mío era sencillamente alborotar un poco el avispero y que las personas se dieran cuenta que este es un lugar que está generando problemas”, afirmó.
Pero para llevar a cabo esta novedosa iniciativa, afirmó que se debe plantear una estrategia viable con la debida supervisión de las autoridades competentes, expertos en seguridad y biodiversidad.
“Luego, analizar si el lugar está sano, si no está contaminado, si el agua está limpia. Posteriormente, habría que reunirse con los vecinos, porque hay que escucharlos. No queremos colocar un lugar que ocasione problemas, disgustos o quejas por ruidos molestos. Sabemos que hay una cancha de fútbol del otro lado de la montaña que instalaron y los vecinos se quejan de que hacen ruido durante los partidos. No quisiéramos que se generara un espacio que sea desagradable para ellos”.
Concientización y acción
La visión de transformar la Laguna Negra de La Bonita en un oasis dentro de la ciudad, un tesoro natural al alcance de los baruteños se vislumbra como una oportunidad única. Este joven apasionado por la comunicación señaló que el sitio es un regalo excepcional al que pocos municipios pueden aspirar. “Creo que ningún municipio puede jactarse de decir que tiene una laguna totalmente natural y a disposición de las personas 24/7 para sacarle provecho”.
Elías espera que con su idea planteada los lugareños y visitantes puedan sumergirse en la laguna con las medidas de seguridad correspondientes “que la gente abra su mente y les podamos sacar provecho. Que tomemos ejemplo de otros países que con mucho menos hacen muchísimo más que nosotros. Con una mentalidad cerrada y obsoleta no tenemos la posibilidad de generar espacios tan bonitos como los que en otros países sí son capaces de producir”.
Y tal vez su plan puede no ser el definitivo, pero afirmó que es necesario generar un cambio que rescate a la laguna del abandono. Su deseo es que se convierta en un espacio de educación y encuentro, donde los vecinos puedan disfrutar de momentos de relajación y esparcimiento.
La falta de proactividad de los vecinos, del Consejo Comunal y de otras autoridades, quienes no han podido reconocer el problema que aqueja a la juventud que visita la laguna y a los residentes que viven en sus cercanías mantendrá esta área en zozobra. El llamado de Elías es claro: Se requiere voluntad, visión y un compromiso genuino con la comunidad para construir y preservar estos espacios naturales que tanto benefician a todos.
Más allá de la penumbra que se cierne sobre este lugar debido a incontables tragedias, vandalismo y cuentos populares que aumentan su misticismo, territorios como este solo invitan a los capitalinos a rescatar estas áreas públicas para un libre esparcimiento. Quizás los mayores relatos de terror son aquellos donde la inacción se apodera de quienes en un aparente esfuerzo por preservar el patrimonio municipal, olvidan y deniegan sus espacios naturales.