El líder mercenario del Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin planeó capturar a los líderes militares de Rusia como parte de la rebelión puesta en marcha el viernes de la semana pasada, tras enterarse de que el Ministerio de Defensa quería disolverlo a esas milicias.
Día a día, los blogueros militares rusos revelan más información que surge desde las entrañas de un Ejército repleto de rumores y traiciones. Aseguran que “los grupos operativos del Servicio de Seguridad Federal y el Estado Mayor del Ministerio de Defensa volaron a la zona de guerra con anticipación, apoyados personalmente por el Ministro de Defensa Shoigu y su séquito de alto rango. Un grupo de oficiales de la Dirección General de Personal del Ministerio de Defensa también voló a Rostov. Allí les dijeron a todos que para el 1 de julio, Wagner se disolvería y dejaría de existir”.
Pero alguien previno a Prigozhin de los planes de Shoigu. Y el ministro de Defensa se encontró con otro inconveniente: “No tomaron en cuenta la popularidad del jefe de los mercenarios entre los oficiales de primera línea, soldados y agentes de servicio. Todos los posibles escenarios de detención de Prigozhin y su gente se hicieron públicos”, asegura el canal de Telegram especializado en inteligencia rusa VChK OGPU.
Otro punto resultó evidente, “la falta de voluntad para ponerse del lado de Shoigu y Gerasimov, que son extremadamente impopulares en el área de la Operación Militar Especial”.
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