Una semana después de que el amotinamiento planteara el desafío más grande al gobierno del presidente Vladímir Putin en más de dos décadas, todavía siguen rodeados de misterio los detalles clave del levantamiento.
Por Infobae
La incertidumbre también gira en torno al destino de Prigozhin y sus fuerzas militares privadas del Grupo Wagner, junto con el acuerdo que obtuvieron del Kremlin y lo que depara el futuro para el ministro de Defensa ruso a quien intentaron destituir.
Por último, y quizás la mayor incógnita: ¿Podrá Putin apuntalar las debilidades reveladas por los eventos del fin de semana pasado?
¿Tuvo Prigozhin ayuda interna?
Muchos observadores argumentan que Prigozhin no habría sido capaz de tomar las instalaciones militares en la ciudad sureña de Rostov del Don tan fácilmente el 24 de junio y montar su rápida marcha hacia Moscú sin la colusión de algunos miembros de la cúpula militar.
Miles de miembros de su ejército privado recorrieron casi 1.000 kilómetros (unas 620 millas) a través de Rusia sin encontrar resistencia importante y derribaron al menos siete aeronaves militares, matando por lo menos a 10 pilotos.
Prigozhin dijo que se acercaron a 200 kilómetros de Moscú cuando ordenó regresar a sus tropas, como parte de un acuerdo negociado por el presidente bielorruso, Alexander Lukashenko. Ese acuerdo le otorgó amnistía a él y a las fuerzas de su contratista privado Grupo Wagner, lo que les permitió mudarse a Bielorrusia.
Algunos observadores del Kremlin creen que varios altos oficiales militares podrían haber respaldado su intento de destituir al ministro de Defensa, Sergei Shoigu, y al jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, el general Valery Gerasimov. O simplemente decidieron esperar y ver qué pasaba.
“El jefe mercenario de Wagner contaba con la solidaridad de los altos oficiales del ejército, y dado que estuvo cerca de llegar a Moscú sin encontrar ninguna resistencia en particular, es posible que no se haya equivocado del todo”, escribió el analista Mikhail Komin en un comentario para la Carnegie Endowment for International Peace (Fundación Carnegie por la Paz Internacional).
“Es muy posible que al comienzo de su ‘marcha por la justicia’, Prigozhin creyera que encontraría solidaridad entre muchos oficiales de las fuerzas armadas, y que, si su levantamiento tenía éxito, se unirían a ellos ciertos grupos dentro de la élite gobernante”, agregó.
Las fuerzas del orden rusas podrían compartir esta creencia. Algunos blogueros militares informaron que los investigadores analizaban si algunos oficiales se habían puesto del lado de Prigozhin.
Se cree que un oficial militar de alto rango, el general Sergei Surovikin —quien tenía vínculos desde hace mucho con Prigozhin— fue detenido. No está claro si Surovikin enfrenta cargos o dónde está detenido.
Los blogueros militares rusos informaron que algunos guardias fronterizos fueron acusados de no oponer resistencia al convoy del Grupo Wagner cuando cruzó a Rusia desde Ucrania, y algunos pilotos también enfrentan posibles cargos por negarse a detener el movimiento del convoy hacia Moscú.
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