El más remoto recuerdo que conservamos de Radio Caracas Radio, pertenece a la infancia. Un día, quizá a media tarde, mi hermana mayor nos cuidaba, por lo que hizo que la acompañáramos a la sede de la emisora en la que se encontraba – preciso todavía hoy – el cantante Chucho Avellanet, compartiendo simpatías con sus entusiastas admiradoras.
Digamos que El Paraíso, vieja urbanización del ahora muy lejano oeste caraqueño, tampoco se entendió sin una posición en el dial del cual fue desalojado hacia 2018, en el contexto de una indignación colectiva: 750 AM. Aventajada vecindad con un referente del espectáculo de target muy específico, igualmente compitió como generador de noticias, por cierto, algo que las nuevas generaciones distan de imaginar: la prensa escrita, radial y televisiva en abierta y clara competencia por darle alcance a los hechos más significativos de la cotidianidad.
Fundada en diciembre de 1930, el presente siglo igualmente se explica a través de la postura abierta y profundamente crítica de la exitosa emisora que tan largamente se resistió frente al actual régimen, añadido el ámbito digital, en el curso de la debacle deliberada de la industria radial en Venezuela. E, incluso, en la última década, había facilitado sendos espacios a los partidos obviamente defenestrados de los espacios radiales.
Prometiendo volver, ceso definitivamente las transmisiones el pasado 30 de junio. Esta vez, creímos en la
movilización espontánea de vecinos, movimientos sociales y partidos que no se produjo, limitándonos a hacer un video personal en la solitaria fachada (https://twitter.com/luisbarraganj/status/1674750587315863559). Digamos, una manera de rendir tributo a la valiente posición de una emisora que ojalá conserve sus archivos en las redes sociales.
Los comicios de la Ucevé, o una de las tantas faenas inhabilitadoras que esperamos del régimen, parecieron opacar el cierre de los micrófonos hacia el oeste citadino. De todos modos, el poder establecido hubiese inventado otras noticias para el bombardeo de cada 24 horas que suele acostumbrar, promoviendo la angustia colectiva al desmigajarnos entre la ficción y la realidad de sus más caros intereses continuistas.
Referencia: https://www.youtube.com/watch?v=zyQ2KvMb50Y