Patricia y Manuel Oliver, que perdieron a su hijo Joaquín en el tiroteo de Parkland (2018), emprendieron este lunes a bordo de un autobús escolar una gira por ciudades de EE.UU. marcadas por la violencia de las armas para llevar un mensaje: todos somos víctimas y la lucha es de todos.
La primera parada es este mismo lunes en Orlando, la ciudad de los parques temáticos que todo el mundo asocia con diversión, pero que fue escenario en 2016 del peor tiroteo masivo dirigido contra la comunidad LGTBQ+, según anunciaron antes de ponerse en viaje.
El matrimonio venezolano-estadounidense, conocido por sus llamativas iniciativas para evidenciar la magnitud de la violencia armada en EE.UU., llegará hoy con su autobús al lugar de Orlando donde en 2016 murieron 49 personas y medio centenar resultaron heridas mientras se divertían en la discoteca gay Pulse.
La “Guac’s Magical Tour” (Gira mágica de Guac), como la han llamado, es un recorrido de 50 días por el país con paradas en lugares marcados en el mapa de los tiroteos masivos: Columbine, Uvalde, Atlanta y otras 20 ciudades más.
“Guac”, como llamaba todo el mundo al hijo de Patricia y Manuel, fue una de las 17 personas que murieron el 14 de febrero de 2018 en la escuela de enseñanza media Marjory Stoneman Douglas de Parkland (sureste de Florida) a causa de los disparos de un exalumno, Nikolas Cruz, con un rifle semiautomático.
El matrimonio emprendió esta gira para celebrar el que hubiera sido el cumpleaños número 23 de “Guac” y, según dijo Patricia a EFE, retribuir de alguna manera los mensajes y el cariño de personas que se han sentido inspiradas por él a través del trabajo que ellos realizan desde la fundación Change the Ref (cambia la referencia).
Esa fundación fue creada por el matrimonio Oliver con el fin de que la vidas de las 17 víctimas mortales de las matanza de Parkland “nunca se olviden” y se produzca un “cambio real” en la sociedad para lograr que en el futuro no ocurran tiroteos masivos.
“Hasta que ese día llegue, un montón de gente va a morir -señala Manuel- por los políticos y su falta de acción, son cobardes pero además reciben dinero de la industria de las armas, punto. Luego crean esas leyes tratando de convencernos, como si fuéramos idiotas, de que va a haber menos violencia, de que se va a resolver el problema”.
UNA REVOLUCIÓN SOBRE RUEDAS
El autobús, que Manuel Oliver define como “una revolución sobre ruedas”, lleva escrito en la parte delantera superior la frase “Save Lives” (salve vidas) y una bandera estadounidense, porque, aunque siempre se asocia a los partidarios de las armas, “es más que eso”, según dijo a los presentes antes de ponerse al volante.
“Estoy cansado de ver la bandera como logo, como símbolo de la industria armamentística”, declaró Oliver.
Entre otras cosas, el matrimonio ha ido hasta la sede de la Asociación Nacional del Rifle (NRA) a entregar galletas navideñas con agujeros que representaban balazos, y Manuel además se subió a una grúa en Washington para pedirle al presidente Joe Biden cumplir sus promesas electorales y hacer más para frenar la violencia armada.
En una conversación antes del acto de despedida Patricia Oliver dijo a EFE que se ha tenido que preparar “mentalmente” para “no estar triste” en una gira que obviamente le va a dar motivos para tener pensamientos y recuerdos dolorosos.
“Queremos que tenga un sentido positivo”, subrayó.
El matrimonio recorrerá más de 10.000 millas (16.000 km) con su autobús “acondicionado para el activismo” y además de las paradas establecidas surgirán otras en el camino para escuchar el mensaje de que la lucha contra la violencia armada hay que hacerla “juntos”, porque es un problema que “nos afecta a todos”.
En cada ciudad las actividades serán distintas, dice la madre de “Guac”, quien subraya que, en vez de frenarse, la violencia armada va en aumento en el país y eso muestra un fracaso como sociedad, una “franca decadencia”.
Según un reporte actualizado a fecha de hoy por la organización Gun Violence Archive, 21.633 personas, incluidos menores de edad, han muerto en lo que va de año por armas de fuego.
De esas muertes, 9.489 fueron asesinatos intencionados o no y más de 12.000 se debieron a suicidios, esta última cifra calculada a partir de datos de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC). EFE