Lamentablemente, la cúpula política opositora no parece estar consciente de la gravedad de la situación por la cual atraviesa Maduro. Hay hasta quienes apuestan al 2025 soñando con que después de una derrota en 2024 podríamos ganar la Asamblea Nacional cobijando la ilusión de que con ese presunto triunfo habría la oportunidad de reconfigurar el cuadro de los poderes públicos. Son los mismos que sotto voce dicen que debemos prepararnos para el 2030 porque no logran ponerse de acuerdo en una candidatura para 2024 que pueda ganar, cobrar y gobernar. Este desorden y falta de unidad también podría desalentar el voto opositor y ser aprovechado por Maduro para mantenerse en el poder.
El gobierno actual hará todo lo posible por impedir su caída. Su consigna “elecciones sin sanciones” no es un juego, y si tienen que llegar a ese extremo lo van a hacer. Además, impedirá la realización de la primaria, utilizando cualquier procedimiento atrabiliario para lograrlo. Pero la jugada clave del gobierno para acentuar la fractura opositora es lanzar junto con la elección presidencial la elección de gobernadores con el objeto de generar un estado de crispación en la oposición que complique la unidad y aliente la abstención. En ese caso es necesario insistir en que la anterior elección de gobernadores quedaron perfilados democráticamente unos liderazgos que deberían ser ratificados para facilitar los acuerdos y evitar que la ambición y la ruindad de las cúpulas partidistas opositoras nos devuelvan al escenario trágico de la división de 2021 que nos hizo perder unas 17 gobernaciones.
La situación política en Venezuela es compleja y llena de incertidumbre, pero hay chance, mucho chance, si actuamos con madurez y responsabilidad. Maduro se encuentra en una posición débil, pero una eventual abstención de la oposición podría ser su tabla de salvación. Solo el tiempo dirá qué sucederá en el futuro de este país. Por ahora, nos toca insistir en que cualquiera sean las circunstancias respetando los liderazgos regionales no podemos abandonar el voto, es nuestro único instrumento para alcanzar el cambio democrático.
PD: No olvidemos que nuestro amigo, el periodista Roland Carreño acaba de cumplir 1.000 días como preso político de Maduro y su nefasto gobierno.