Airada fue la reacción de varios sectores y organizaciones, ante el silencio del chavismo, porque la Dirección de Educación de una llamada Sociedad Bolivariana de Venezuela, a cargo de Sergio Ojeda, le entregara a Valentín Santana la Réplica de la Espada Sol de Perú de Simón Bolívar, en el marco de la celebración del natalicio del Libertador.
Por: Sebastiana Barráez | Infobae
Santana es una versión criolla de Robin Hood, el bandido de la Inglaterra medieval, y que en un país con la fragilidad institucional que caracteriza a Venezuela, le ha permitido salir airoso de más de una decena de averiguaciones por asesinatos, amenazas, atentados contra dirigentes políticos y funcionarios policiales.
Desde antes de la llegada de Hugo Chávez al poder, se habían conformado una decena de grupos sociales y armados que funcionaban en la populosa barriada 23 de Enero en Caracas, quienes se hacían llamar colectivos. La génesis de ellos fue el Grupo Tupamaro, dirigido por José Pinto, pero entraron en conflicto con La Piedrita, luego del asesinato, el 21 de junio de 2006, de Diego Santana, hijo de Valentín Santana, y se enfrentaron a muerte hasta que Tupamaros se desplazó hacia otros sitios.
“Amargado no estoy, porque sino no estaría aquí sentado contigo, lo que sí estoy es lleno de odio hacia mis enemigos”, dijo dos años después. Uno de los expedientes en su contra es por el asesinato de dos de los presuntos autores de la muerte de su hijo Diego y de Warner López, ambos jóvenes del colectivo.
La réplica de la espada de Bolívar es muy importante para la historia venezolana y está bajo custodia de la Sociedad Bolivariana de Venezuela y ahora recorrerá el territorio de la Comuna Socialista Simón Bolívar para celebrar los 240 años del Natalicio de nuestro Padre Libertador; aun así no quita el sabor amargo que para muchos significa que sea Santana quien la recibe.
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