El municipio Mara, ubicado al norte del estado Zulia, es una zona fronteriza con Colombia. Históricamente sus habitantes laboran en la actividad comercial, pero también sobreviven con el contrabando. En el último quinquenio, la venta ilegal de combustible colma las calles.
Por Corresponsalía lapatilla.com
En esa jurisdicción predomina casi todos son indígenas: 90 % de la población es wayuu. El índice de pobreza y la tasa de desempleo en Mara es la más alta de la región zuliana.
De allí que está a la orden del día dedicarse a actividades ilícitas como la venta de combustible. En los momentos de crisis aguda de gasolina y diésel en la zona urbana de Zulia, en Mara se consigue combustible.
Para gran parte de los habitantes de Mara, la escasez de agua potable es preocupante. Sara Montiel vive en la popular parroquia Tamare y dijo a la patilla.com que en la zona alta del barrio no llega el agua potable.
“Aquí el agua no llega, tenemos esa mala suerte. Han estado metiendo tuberías, pero acá nada que llega. Hay fundaciones que nos ayudan, envían cisternas, y por un acuerdo, el contenedor de agua vale 15 bolívares, medio dólar, pero eso veces nos sirve para medio kilo de arroz. Mi esposo no consigue trabajo, lo que hace son marañas (trabajos informales), y lo primero es la comida”, dijo.
Aura González contó que con 400 litros de agua debe pasar una semana y más. Con ese volumen de agua lava los platos y al finalizar la jornada baja la poceta, una sola vez por día. Dijo que aunque suene antihigiénico, no puede hacer más nada.
González detalló que con un contenedor de 8 litros deben bañarse los cuatro integrantes de la familia. Es decir, para asearse se usan dos litros de agua por persona.
“Cuando los camiones entran, compro dos pipas para la semana, no tenemos para más. Si la alcaldía regala agua o alguna fundación lo hace, es una bendición porque allí lavo la ropa. Hasta eso es un lujo casi para nosotros, el poder lavar semanalmente”, señaló.
Según un estudio desarrollado por el economista Arthur Okun, el índice de miseria basado en indicadores de inflación, pobreza y empleo, proyecta a Venezuela como la segunda economía “más miserable” del mundo en 2023 con 164 puntos. El primer lugar lo ocupa Zimbabue con 206 puntos.
La crisis económica de la nación se acentúa en las zonas más desposeídas donde no todos los servicios públicos están consolidados.