El fiscal del Vaticano, Alessandro Diddi, ha pedido una sentencia de 7 años y 3 meses de prisión para el cardenal Angelo Becciu. Becciu fue el número dos de la Secretaría de Estado vaticana entre 2011 y 2018 y está acusado de graves violaciones financieras que dañaron a la Santa Sede.
Diddi pidió un total de 73 años y 1 mes de prisión para los 10 acusados, incluidos funcionarios vaticanos, financieros e intermediarios. El juicio se suspendió por las vacaciones de verano y la sentencia no llegará antes de finales de año.
La acusación afirma que la Secretaría de Estado, bajo la dirección de Becciu, invirtió una gran suma en una operación altamente especulativa para comprar un edificio en Londres. La operación resultó en una pérdida de entre 139 y 189 millones de euros para las arcas vaticanas.
Los otros acusados están acusados de diversos cargos, incluyendo malversación, estafa agravada, extorsión y blanqueo de capitales.
Durante el juicio surgieron otros delitos financieros presuntamente cometidos por Becciu. Estos incluyen donaciones de 125.000 euros a una asociación vinculada a la Cáritas sarda de Ozieri, que en ese momento presidía uno de sus hermanos, y un pago de 575.000 euros a Cecilia Marogna, una mujer que se presentó como experta en asuntos diplomáticos y servicios secretos.
Becciu, a quien el Papa retiró sus beneficios cardenalicios, ha negado todas las acusaciones. Su defensa afirma que tanto Francisco como el secretario de Estado vaticano estaban al tanto de las diversas inversiones y transacciones financieras y las aprobaron, incluido el pago de 15 millones de euros a un corredor financiero con sede en Londres acusado de extorsionar al Vaticano.
La sentencia del juicio será un acontecimiento importante para el Vaticano y para el Papa Francisco. Será la primera vez que un cardenal sea condenado por delitos financieros y podría tener implicaciones para la reforma financiera del Vaticano.
Con información de EFE