El suicidio se ha convertido en una de las mayores heridas sociales que aquejan a Uruguay, según coinciden los especialistas y confirman las cifras. Es una tendencia creciente desde hace 20 años. Durante 2022, 823 uruguayos –un promedio de dos personas por día– se quitaron la vida. Ese número representa una tasa de 23 suicidios cada 100.000 habitantes, más del doble del promedio regional, que se encuentra en 9 cada 100.000, y solo por debajo de Guayana y Surinam . En 2019, la tasa uruguaya era de poco más de 21, según un informe global de la Organización Mundial de la Salud.
Por: El País
La ministra de Salud, Karina Rando, divulgó estos datos el pasado 17 de julio, señalado en el calendario local como Día Nacional para la Prevención del Suicidio. Durante su exposición en el Parlamento, Rando hizo notar la paradoja que entraña el caso de Uruguay, un país que figura en el ranking de las Naciones Unidas entre los más felices del mundo –número 28 de la lista total y cuarto en América, detrás de Canadá, Estados Unidos y Costa Rica– y al mismo tiempo presenta estas cifras de muertes por suicidio. Las razones que subyacen a este fenómeno, explicó, están asociadas a aspectos personales y sociales, que trascienden los efectos de la pandemia de la covid-19. “Por eso es tan importante que su tratamiento no sea solo médico, porque habitualmente no hay una sola causa”, dijo Rando.
De acuerdo con la información oficial, 8 de cada 10 personas fallecidas por suicidio en Uruguay fueron varones (78% varones, 22% mujeres); las tasas más altas se registraron en mayores de 75 años y también en la franja que va de los 25 a 29 años. La ministra indicó que entre octubre de 2022 y junio de 2023 los servicios de salud atendieron a 2.896 personas que intentaron suicidarse, de las cuales el 50% tenía menos de 29 años. En estos casos, el 71% eran mujeres.
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